Ver a los estudiantes pasar por los pasillos me hace sonreír y olvidar la vida que llevo. Me siento como si aún fuera a hacer mi rutina, terminar mis clases, salir del instituto, coger el autobús que me llevaría a casa. Ver a mi madre y degustar de su comida mientras me dedica una sonrisa.
Voy al casillero para buscar los libros de historia. Mis ojos se cristalizan cuando veo la foto de Lucia. Con la yema de los dedos, acaricio su rostro.
Me haces tanta falta, madre.
—¡Hola, amiga! —Sophia me da un caluroso abrazo —. No te pierdas demasiado.
—Lo siento. He estado muy enferma.
Mis ojos se fijan en Ryan. Él viene con su grupo de amigos. Su mirada cambia cuando me ve. No entiendo, es algo de frustración, felicidad y enojo. Abre el casillero con prepotencia y me dedica una mirada por encima de su hombro.
—¿Qué pasó con Ryan? —pregunta Sophia. Me acomodo la mochila en el hombro. Cierro el casillero para dirigirme a mi salón de clases, pero mi amiga me detiene —. ¿No vas a decirme?, ¿quieres que crea lo que se rumora?
—¿Qué se rumora?
—Que tienes un novio posesivo, maltratador. —Agrando los ojos estupefacta —que el día en que vino a buscarte, te encontró teniendo sexo con Ryan en el cuarto de aseo, por eso lo golpeó.
La miró horrorizada.
—Eso no es así.
—Eso es lo que dicen.
—Ahora entiendo porque todos me miran como bicho raro. —Un amigo de Ryan lo saluda de apretón de manos. Él le susurra algo y se van.
—¿Qué pasó con Ryan?
—Mi amigo vino a buscarme. Me vio con Ryan en el estacionamiento y se molestó. Nos estábamos besando.
—¿Ese amigo está enamorado de ti?
—Eso creo... —Con desgana camino hacia el salón.
—Está bien, Alexia. Nos vemos a la hora del almuerzo. —Ella se despide con un gesto.
Yo me quedo viéndola perderse entre los demás chicos. Me gustaría ser como mi amiga. Tener una vida sin preocupaciones. Por culpa de Alex tengo que tomar vitaminas, lo que me dijo fue que no se alimentará más de mí. Según él, mi sangre tiene un sabor diferente, por eso cuando bebe de mí, no puede parar. Es como si mi sangre fuera una droga que no pudiera dejar, que lo hace perder la razón.
Espero que cumpla lo que me prometió. Otra perdida de sangre como esa, no creo que la soporte.
En clases de historia, la profesora habla demasiado. La verdad es que no entiendo nada de lo que me dice, lo único que logro ver son sus labios mal pintados. Y, hasta su diente. Ni hablar de sus cejas. Ella llegó en reemplazo a la profesora Stone, quien dio a luz a un bebé, por eso no podrá venir por un tiempo.
ESTÁS LEYENDO
Oscura obsesión |COMPLETA|
Vampiros-Hola, preciosa. Al fin te encontré -habla mirándome de arriba abajo con media sonrisa. -Qui... ¿quién eres? -mi voz sale temblorosa. -Tu dueño -dice con una sonrisa divertida, lo cual hace que un escalofrío pase por toda mi columna vertebral. Pero...