-Hola, preciosa. Al fin te encontré -habla mirándome de arriba abajo con media sonrisa.
-Qui... ¿quién eres? -mi voz sale temblorosa.
-Tu dueño -dice con una sonrisa divertida, lo cual hace que un escalofrío pase por toda mi columna vertebral. Pero...
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Comienzo a correr con rapidez sintiendo como el frío se cala en mis huesos, sólo espero encontrar una carretera y que pare un auto, quizás se apiade de mí y me lleve al pueblo. Lloro y lloro de la impotencia, lloro porque amo a Alex, lloro por pensar que no le crearía esa historia tan falsa de Dakota.
Me detengo un momento para tomar un poco de aire, de repente siento unas frías manos en mi cintura. Trago saliva y me giro, encontrándome con Alex. Enseguida me abraza y yo no puedo más, por más que mi mente diga que lo aleje, mi cuerpo no pone objeción alguna ante su tacto. Rodeo su cintura con mis brazos y lo abrazo con fuerza mientras sollozo.
—¿Por qué lloras? —Toma mi barbilla y conecta mi mirada con la suya.
—Dakota te mintió. —Confieso y él frunce su ceño.
—Dime, ¿que pasó?
—Después que Jack se alimentó de mí. —aparto mi cabello dejando mi cuello expuesto, Alex al verme gruñe y estampa su puño en un árbol.
—Ese imbécil, se atrevió a tocarte. —Replica enojado, su mirada es oscura y malvada.
—Seguiré contándote. —Él asiente y toma nos manos. —Jack me llevó a una habitación y rato después apareció Dakota, ella se burló de mí y lo que me dijo fue que ella era la mujer de Jack. —Noto como Alex tensa su mandíbula. Después le conté todo su plan, por venganza; y Alex quedó estupefacto al saber que Dakota lo quería muerto sólo porque recibiría como regalo el ser transformada en un vampiro. Y Jack lo quería muerto para ser él, el rey vampiro. Cuando escapé y ella me persiguió, por ende terminamos peleando.
—¡Carlos! —Grita y en menos de un segundo está enfrente de nosotros. —Señor Owens, ¿qué se le ofrece. —pregunta?
—Quiero a Dakota encerrada en el sótano, la quiero atada con cadenas. —Gruñe.
—Como usted diga —dice y enseguida desaparece.
—Ya todo estará bien, estás a salvo. —Me abraza con Fuerza, pero sin hacerme daño. Recuesto mi frente en su pecho.
—Me siento exhausta, solo quiero ir a casa. —Nuevamente pienso en Thomas y sollozo.
—¿Qué ocurre? —Alex acaricia mi cabello con ternura.
—Mataron a Thomas enfrente de mí. —Sollozo mientras aprieto con fuerza su remera.
—Shh, él está vivo. —Abro los ojos como platos y me separo de Alex. —Carlos lo encontró muriendo y lo llevó a la mansión, logré salvarle la vida. —Quedo perpleja ante sus palabras y sólo logro articular un "¿De verdad? Por lo cual, él se limita a asentir.
—¡Mi abuelo está vivo! —chillo lanzándome en los brazos de Alex, él me alza y de inmediato enredo mis piernas alrededor de su cadera. —¡El abuelo está vivo! ¡El abuelo está vivo!
