Alexia
Me encuentro en mi trabajo, Christian ha estado un poco extraño conmigo. Es decir, parece que estuviera enojado conmigo, no sé el porqué. Tal vez es porque no acepté su propuesta.
Salgo de mis pensamientos al ver una joven pareja entrar por la puerta, me dirijo hacia ellos para tomarles la orden; cuando apunto todo en la libreta me voy a buscar su pedido.
Tras muchas horas de trabajo por fin termino otro día agotador, suspiro y me siento. De repente mi vista se posa en alguien que entra al local.
Abro los ojos como platos al ver a Alex, se ve tan sexy como siempre, su cabello todo revuelto, su fornido y perfecto cuerpo, tiene puesto unos jeans, una camiseta blanca, veo como busca con la mirada, y entonces me levanto de la silla y corro hacia la cocina.No puedo dejar que me vea, aunque ya debe saber que estoy aquí.
—Alexia, ¿te encuentras bien? —
Pregunta Martha —, estás pálida como si hubieras visto un muerto.—No..., no es na... Nada. —Me agarro de la pared sintiendo como late mi corazón con rapidez, al tal punto que parece que se me fuera a salir del pecho.
—Ven—me jala por el brazo y me lleva a una silla—. Toma, bebe un poco. —Me pasa un vaso con agua.
No puede ser, Alex está aquí. ¿Qué hago? Por qué cuándo estoy rehaciendo mi vida, llega él.
Siento como los ojos se me cristalizan, me tomo toda el agua, y cuando le voy a entregar el vaso a Martha, este se me resbala y cae al piso vuelto pedazos de vidrio.
Cubro mi rostro con las palmas de mis manos, entonces me percato de que estoy llorando.
¿Por qué Alex?
¿Por qué apareces nuevamente en mi vida?Sé que no lo he podido olvidar por completo, pero no quiero verlo.
—Martha, ¿podrías mirar si el joven cabello castaño que llegó hace poco, ya se fue? —Ella asiente sin preguntar.
Sale de allí, y después de varios segundos regresa.—No está, acabó de irse —murmura tomando mi mano. —Alexia, ¿él era tu novio. O algo parecido?, ¿te hizo daño? —inquiere preocupada.
—Algo así, viví un tiempo con él. —Suspiro. Me coloco de pie. —No quiero hablar de ello, ya es hora de la salida, nos vemos mañana.
Ella asiente, me voy al baño para cambiarme e irme a casa, cuando llego saludo a Thomas que yace sentado en un sofá.
—Mi niña, ¿qué te pasa? Estás muy callada desde que llegaste del trabajo. —Veo que frunce su ceño.
—Abuelo, hoy vi a Alex. Estuvo en la cafetería —él agranda los ojos sorprendido. —Pero me escondí en la cocina, me imagino que ya sabe que trabajo ahí. —Me recargo en el espaldar del sofá, y echo la cabeza hacia atrás. —No sé si vaya al trabajo, no lo quiero ver.
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Oscura obsesión |COMPLETA|
Vampiros-Hola, preciosa. Al fin te encontré -habla mirándome de arriba abajo con media sonrisa. -Qui... ¿quién eres? -mi voz sale temblorosa. -Tu dueño -dice con una sonrisa divertida, lo cual hace que un escalofrío pase por toda mi columna vertebral. Pero...