Alex
Mandé a averiguar el paradero de Alexia con uno de uno de mis hombres, estoy tan desesperado que necesito saber de ella; sólo la quiero a ella, a ninguna otra.
Me encuentro en mi despacho, quiero ver a Alexia. Ya quiero tenerla aquí, conmigo. Escucho unos pasos acercarse hacia acá, también los latidos de un corazón. Sé que es Dakota. Quizás ya deba hablar con ella para decirle que la voy a mandar a la otra mansión, veo como se asoma y sonríe.
—¿Estás ocupado? —pregunta apenada.
—No, ven aquí. —Le hago un ademán con las manos para que se me acerque.
Me coloco de pie y hago que se volteé, alzo su blusa para revisar sus heridas, al terminar se la acomodo y me siento en un sillón.—Alex. —Se sienta en mi regazo. —¿Cuándo me llevas al pueblo? —Hace pucheros.
Suspiro.—Dakota, tenemos que hablar. —De inmediato escucho como su corazón se aceleró. —He tomado una decisión, es mejor que te vayas a la otra mansión, haré todos los trámites necesarios para que esté a tu nombre. —Miro como sus ojos se cristalizan y niega repetidas veces con la cabeza.
—No, yo no me quiero ir de tu lado. —Solloza abrazándome, por lo que rodeo su cuerpo con mis brazos.
Dakota es importante para mí, pero no como para estar con ella, o, para que sea mi esposa. Es sólo que... siento que tengo que protegerla y cuidar de ella. Ya que le hice una promesa a su padre, la verdad, no quisiera que se fuera porque me he encariñado con ella todos estos meses.
Pero algo tengo claro y es que amo a Alexia, si la voy a traer de nuevo; no puedo permitir que Dakota esté aquí.
Por otro lado, es mejor que ella se vaya, así no la maltrato. Quisiera no hacerlo, pero es algo que no puedo controlar; y antes de hacerle algo peor, mejor es que se vaya.—Dakota, es por tu bien. —Acaricio su cabello. —O, ¿acaso te gusta que te golpee o te grite? —Tomo su rostro entre mis manos y quito las lágrimas.
—Alex, no me importa que me golpees, con tal de estar contigo no me importa nada. —Sonríe débilmente.
¿Por qué las mujeres son tan tercas? ¿Por qué Dakota es tan testaruda? Prefiere aguantarse mis maltratos, y no irse. Suspiro frustrado para después pasar una mano por mi cabello.
—Ya está decidido, mañana mismo te vas —digo con voz firme.
—Alex, no me quiero ir. —Solloza mientras me abraza dejando su rostro en mi cuello. —No me hagas esto, por favor...—Ya basta, Dakota. —La tomo por sus brazos haciendo que me mire a los ojos, lágrimas caen por sus mejillas. —Es por tu bien, yo no quiero lastimarte. No te voy a dejar desprotegida, cumpliré la promesa que le hice a tu padre. —Acaricio una de sus mejillas.
—Está bien. —Sonríe con dulzura. —Alex, si te pido algo, me lo concederías.
—¿De qué se trata? —Alzo una ceja.
ESTÁS LEYENDO
Oscura obsesión |COMPLETA|
Vampiros-Hola, preciosa. Al fin te encontré -habla mirándome de arriba abajo con media sonrisa. -Qui... ¿quién eres? -mi voz sale temblorosa. -Tu dueño -dice con una sonrisa divertida, lo cual hace que un escalofrío pase por toda mi columna vertebral. Pero...