El protector [+18] © - Nueva Versión

Capítulo 39

Nota importante: Os habréis estado preguntando en donde estuvieron los capítulos del lunes. Bueno, tuve una pérdida de memoria en el ordenador así, de gratis (😒) y parte de la historia me dijo hasta luego, solo ahora pude recuperarla. ¿Adivinen quién va a usar más a menudo los USB a partir de ahora? ¡Esta idiota!

PD: No tuve tiempo de revisar por faltas de ortografía el capítulo 40, lo haré este fin de semana, quise daros los capítulos cuanto antes. ¡Gracias por esperar!

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CASSIAN MADDOX

Un sonido me despertó de mala gana. No quería moverme para no despertar a Ruby, al parecer ella estaba tan dormida que no había escuchado el teléfono sonando.

Mi teléfono no se detenía, así que decidí tomarlo sin mover a Ruby de mis brazos. Con una mano lo alcancé y ni llegué a mirar la pantalla para ver quién llamaba antes de contestar. Quien fuera debía de ser urgente ya que estaba insistiendo.

—¿Qué? — pregunté desganado.

Ruby se movió entre mis brazos, pero no se despertó. Es más, se acurrucó mejor para seguir en ese profundo sueño. Sonreí antes de escuchar los sonidos al otro lado de la línea.

Todo mi cuerpo se tensó al escuchar esas respiraciones bajas y escalofriantes. Sin despertar a la mujer que tenía en mis brazos, la solté y me levanté de la cama de inmediato. Ruby siguió durmiendo.

—¿Qué quieres? — pregunté más seriamente y mostrando agresividad.

Sabía quién era. Sabía perfectamente que su acosador había tomado mi número de alguna forma. Tenía suerte de que ni mi móvil ni el de ella podían ser rastreados.

Cuando la persona siguió respirando, sin decir nada, mi cuerpo se tensó por completo y tuve que acercarme a la ventana del hotel solo para asegurarme de que seguíamos ocultos.

—Te voy a encontrar y cuando lo haga, voy a hacer que te arrepientes por lo que le has hecho. Voy a despellejarte por trozos, te daré el mismo dolor y más hasta que me pidas que me detenga. No me detendré, jamás.

No dijo nada ante mi amenaza, pero sabía que seguía en la otra línea. Escuché la enorme exhalación que tomó ante mi amenaza. Iba a colgar, pero me detuve cuando escuché lo que dijo en una voz distorsionada.

—Creo que tú la matarás antes, como hiciste con Amanda.

Todo mi cuerpo se quedó en shock, incluido mi cerebro. Nada funcionaba debido a esa frase. La persona supo lo que me había hecho ya que escuché una risa distorsionada antes de que me colgara el teléfono.

Seguía con el teléfono al oído incluso después de aquello. No me podía mover, ni pensar. Por un momento dejé de respirar y pensé que me estaba muriendo.