CAPÍTULO 18

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    Aquella mañana transcurrió más tranquila, pues el hecho de que no haya concurrido a la editorial, alivianó su carga, además aprovechó para escribir, increíblemente se encontraba inspirada y fue así como terminó los dos primeros capítulos de su novela. Con una sonrisa de satisfacción, se vistió para salir al colegio, iba más arreglada que lo habitual, pues le sacaban la foto y la presentaban como parte del personal, además había quedado con Víctor en verse el fin de semana. ¿Sería posible que su suerte se haya torcido y esté atravesando una buena racha? Así fue, como salió de su departamento y bajó el ascensor, radiante, sonriente, distinta.

—Qué guapa vas.

Se asomó al pasillo un hombre entrado en años, entrecano, pues se trataba del portero. Entre charlas, aprovechó el momento en que la veía para comentarle que no fue capaz de hallar a la joven que bajó corriendo las escaleras y, de hecho, no la vio en ningún momento, ni él ni nadie. Por más que Ana aseguró mil veces lo que vio, el portero se dignó a creer que se trataba de un estado de estrés o una pesadilla, que no existió nunca ninguna muchacha que haya bajado las escaleras. El semblante de Ana mutó de pronto, estaba disgustada ante esa situación, cómo podía ser que la trataran de mentirosa o de loca, ella estaba completamente segura de haberla visto, incluso rozó su hombro. Así, meditativa, conducía por la ruta cuando de repente comenzó a llover, ante tal curioso acontecimiento, Ana miró extrañada al cielo, "pero si estaba despejado" pensaba asombrada, y fue precisamente en ese momento cuando una joven cruzó corriendo la ruta ¡Era ella! ¡La chica que cruzó dos veces la calle! "¡¿Pero qué mierda es esto?!" pensó entre su respiración agitada y un gesto de horror. Alcanzó a mirar su reloj, marcaban exactamente las 14:30, miró hacia el bosque, pero la chica había desaparecido ¿Por qué? Eran las únicas palabras que venían a su mente,¿Cuál era la causa por la cual aquella joven cruzaba la ruta corriendo? ¿Alguien del colegio la mandaría a hacer algún recado? Sin embargo, negaban que haya salido alguien en algún momento, algo extraño pasaba, sin lugar a dudas, ¿quién es esta chica? Verónica Warren podía esperar, primero debía resolver otra cuestión.

  Estaba en la fila esperando a que la llamasen para sacarle la foto y allí no más empezó a pensar "Esta es la tercera vez que la veo y las tres veces que pasó estaba lloviendo" cómo podía ser que ni siquiera se haya formado una tormenta, llovió ese ratito y nada más. "Iba con el uniforme escolar las tres veces", pero en el colegio negaban que alguien hubiera salido. "Necesito saber la hora exacta en la que pasa corriendo", evidentemente, cruzaba la ruta entre las dos y dos y media de la tarde, un rango de treinta minutos, porque tres menos cuarto Ana estaba en el internado. Si en el colegio no querían informarle, alguien debería estar dispuesto... Isabella.

LA DESAPARICIÓN DE VERÓNICA WARRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora