CAPÍTULO 2

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    Ana era una joven diferente al resto, abstemia y quizá un poco aburrida. Amaba escuchar música, leer y pasar tiempo a solas. Hacía, relativamente pocos años que había abandonado la casa paterna y se había alquilado un departamento un poco alejado del centro de la ciudad, uno de dos ambientes, precisamente. El edificio cargaba consigo unos cuantos años ya, bastante desprolijo y despintado, con numerosos problemas edilicios, pero era lo máximo a lo que podía acceder con su sueldo. Su departamento contaba con una sala comedor, una muy reducida cocina, un dormitorio y allí mismo, el baño, amontonado y pequeño, pero para su único habitante bastaba, además, nunca había sufrido de claustrofobia.

  De vez en cuando revisaba sus contactos, solo para saber si estaba en línea, sin embargo, no se animaba a escribirle, pues entre ellos ya no había nada, aunque ella no quisiera creerlo ni pudiera entenderlo. Tantas cosas que pasaban por su mente con respecto a él... Un vistazo más, al menos y a esperar que amanezca.

LA DESAPARICIÓN DE VERÓNICA WARRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora