V O C E S

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❦ Voces = Voces ❦

ADVERTENCIAS DE CAPÍTULO:

Violencia típica de la historia, descripción explícita de fluidos, sangre y bilis. Una Frigga enferma. Pérdida de la coordinación de realidad y ataque psicótico por parte de personaje principal. Introspección y principio de Epicteto. Alta carga de información. Sentimentalismo.

Sin más, ¡a leer!:

~*~

Röskva no podía caber en tanta felicidad.

Era confuso.

Era doloroso.

Sabía que las cosas no habían sido sencillas. ¿Cuándo podría serlo?, después de todo lo que vivió. De todo lo que sufrió. De todo lo que esperó. Todo era nuevo para ella. Estaba tratando de comprender qué estaba pasando. Tratando de encajar, de saber perdonar y dejar ir todos esos malestares que le habían hecho lo que ella era. Porque por fin era libre, ¿entonces? Röskva se encontraba en dilemas demasiado complejos para una chica de más de quinientos años de existencia. Su vida se resume a unos pocos años de verdad, y su apariencia de quince, dieciséis años de edad no se nivelaban a sus terrores. Estaba atrapada en un cascarón sin luz ni propósito. Tratando de nivelarse y hacer lo que era correcto. Demostrar que ella podía lograrlo, que valió la pena ser rescatada y que todo el sacrificio que pagaron los Vengadores para sacarla de la cárcel de la bruja no ha sido en vano. Sin embargo, era demasiado para ella. Quería hacer muchas cosas. De un día para otro, recuperaba la luz y los recuerdos de su pasado que ya comenzaban a ser lejanos.

Quería mejorar, la vida le estaba dando esa nueva oportunidad. Por eso se sentía feliz, porque por fin podría vivir. Porque por fin podría disfrutar de su juventud y de la compañía de su hermano sin el miedo de ser maltratado o flagelado. Habían sido sombras portentosas que cantaban ecos de dolor por toda su psique en medio de la reverberación de lo inexplicable. Era abrumador y se sentía sofocar con todo ello. Porque quiere dar lo mejor de sí, quiere demostrar que realmente valió la pena todo por lo que pasó Steven para rescatarla. Demostrar que ella tiene el derecho a vivir, a tener todo lo que el martirio le arrancó. Röskva deseaba con todas sus fuerzas poder hacerlo valer, por lo que quería esforzarse. Habían pasado por tanto ella y su hermano. Sólo quería vivir su segunda oportunidad, pero era difícil. Estaba en un lugar que no conocía, en un tiempo diferente, con gente diferente y con una biología muy diferente.

Ya nada era igual, ya nada era como antes. Tenía que comenzar de nuevo, sin renunciar a sus raíces de cazadora de las montañas. Seguía corriendo en su sangre la fuerza y vitalidad de una sobreviviente rota. Ella quería pelear, soltar y liberar sus fuerzas en las batallas. Demostrar cómo era digna de poseer la energía de Odín corriendo por sus venas. Quiere hacer sentir orgullosos a Steven y Thor. Porque, sin saberlo, sobre los hombros de su hermano y de ella cuelga un muy fuerte peso. Porque eran los herederos de las energías divinas más poderosas de toda Asgard. Las energías que le pertenecieron a los hijos de Thor en el pasado y que ahora les salvaron la vida por medio de los últimos alientos de Freyja. Röskva no sabría explicarlo, se sentía tan normal como podría ser. Se sentía tranquila y sana después del adecuado descanso que tuvo que tomar cuando su cuerpo terminó de madurar en simbiosis con la energía divina de Odín. Habían sido días de enfermedad, mareos y cansancio extremo. Además de que el presagio de que su nueva familia estaba en un laberinto de brujas, no lo hacía mejor.

Ella estaba segura de que era su hermano la bruja que despertó. Su cuerpo palpitaba y temblaba de sólo imaginar el sufrimiento de su hermano. Cuando Freyja los conectaba, siempre escuchaba el llanto y los gritos de piedad de Þjálfi. La mujer que los protegió le había dicho por mucho tiempo que era imposible hacer algo por su hermano. Su dolor y sufrimiento estaba haciendo la crianza más fuerte jamás imaginada en las brujas. Porque no solo era el dolor de perder a su hermana o la culpa de sus maltratos. Þjálfi cargaba con la pena y la culpa de haber asesinado en favor de su liberación. Porque él había escuchado algo que ella no sabía y eso había potenciado la desdicha en su corazón. Por eso, cuando se presentó la presencia de esta nueva bruja. Röskva estaba más que segura de que se trataba de su hermano. La fuerza y la energía le hacía sentir esa cercanía reconocible sea donde sea. No cabía duda, por lo que el estrés y el dolor aumentaron su cansancio al terminar de crecer y manifestarse con la edad que la energía de Odín encontró adecuada para coexistir con ella sin asesinarla.

❦ Sand Dream ❦ THUNDERSHIELDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora