❦ Sand Dream ❦ THUNDERSHIELD

S T U P O R

❦ Stupor= Maravilloso❦

ADVERTENCIAS DE CAPÍTULO:

Descripciones explícitas de desmembramiento, sangre y tortura a personajes principales. Sentimentalismo extremo, descripciones existencialistas y estupores depresivos infantiles. Mención de violaciones y abuso sexual. Ataques psicóticos y discordancias de realidad. Incertidumbre, alta carga de información. Discriminación. Un Steven triste. Un Thor triste. Trastorno de Estrés Postraumático con descripciones de reacciones violentas, degradación y discriminación.

Sin más, ¡a leer!:

~*~

La sensación fría fue el mal inicio de cualquier presagio.

Profundo, muy profundo, el sonido era un lejano eco que se ahogaba en medio del silbido de la ventisca helada que se manifestaba en sus tímpanos. Todo era oscuro y austero. Una sensación apremiante y que dejaba volar a la imaginación lejos de ahí con cualquier pensamiento bueno o malo. Sin embargo, ya no le parecía extraño o escabroso. Eso le hacía sentir tan inhumano.

El haberse acostumbrado a las pesadillas y a estas sensaciones no debería ser un buen motivo rutinario. No debería estar acostumbrado, ¡no debería verlo y sentirlo como algo simple y llano! Puesto que eso le hacía enfermar. Tantas cosas en su cabeza, el estrés se vuelve abrumador. Si no eran las brujas, eran las misiones, o sus ataques psicóticos, ahora estaba la circunstancia con Röskva y su ambientación a los nuevos tiempos, sin dejar de lado que el gobierno ya no toleraría un instante más las vanas excusas que su equipo y él han dado a lo largo del tiempo. Ya no podía contenerlo más. Porque más y más cosas vendrían.

Así que no ver nada más que el oscuro absoluto, además de oír y sentir la ventisca invernal no debería ser algo que, incluso, le relaje. Detestaba este clima. Todo lo relacionado al frío, el invierno o la nieve era de su total desagrado. Un pequeño capricho del que no nunca se ha podido separar a pesar de toda la terapia del estrés postraumático inexistente que ha recibido tras haber despertado setenta años después del frío. Pelea tras pelea, siempre existiría ese repelús al hielo corriendo por sus venas. Podía recordar a la bruja de la noche en Siberia. Cómo esa bestia logró hacer romper el hielo sobre el que pisaba y caía al agua congelada llenando sus pulmones e inyectando de sangre sus ojos en medio de la bruma de la oscuridad. Le recordaba cuánto odiaba ese clima.

A pesar de todo ello, aquí estaba. En una nueva pesadilla que le enseñaría la siguiente bruja. Aguardando a que se manifieste como siempre lo hacen. En medio del campo de batalla que compone el laberinto de la bruja. Para tener pistas de lo que sería su siguiente rival a vencer. Coleccionar la siguiente semilla y seguir adelante hasta que exista un maldito final para toda esta circunstancia. No parecía detenerse. Steven ya no quería tener esperanza de que esto terminaría algún día. De ser así, el Capitán sólo podía pedir egoístamente por conservar su vida. ¿Era eso demasiado pedir? ¿Es que acaso estaba pidiendo demasiado? No estaba seguro. No sabía si esto era peligroso. No tenía idea de siquiera imaginar una vida tranquila después de las brujas al lado de su familia y Thor era mucho pedir.

Todo siempre indica que la muerte sería un hecho inaudito.

Honestamente, Steven estaba aterrado de morir. No tenía ganas de volver a la inconsciencia y perderse los siguientes años donde su familia viviría sin él. Donde no podrá ver el mañana soleado y la nueva oportunidad de encontrar un lugar tranquilo donde descansar. Estaba acabado, estaba terriblemente cansado que ya ni siquiera existían las energías para llorar. Irrompible le decían ser. Pero él se estaba cayendo pieza por pieza hasta volverlo en el distópico desecho en el que se ha convertido. Cruelmente el aliento silencioso de la muerte auguraba ser parte de su sombra, silenciando la voz del inocente desde el ayer roto en las llamas frías sin oleajes repentinos. Completamente drenado y olvidado en la memoria azul de sus anhelos. Un toque de vida que bese su mejillas ya sonaba tan lejano como la voz de su madre. Un simple recuerdo que lo mantenía de pie. Roto, roto e inservible estaba quedando.