I N N O C E N T I A

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❦ Innocentia = Inocencia ❦

ADVERTENCIAS DE CAPÍTULO:

Alta carga de información. Pensamientos poco favorables sobre la vida y el destino y pérdida de uno mismo.

Sin más, ¡a leer!:

~*~

La enorme catacumba reverberó.

Las luces azuladas, verdes y moradas se colaban entre pequeños rayos de fulgor que chocaban contra las rocas mineralizadas de grandes proporciones. La neblina natural recorre como un río bravío de descanso a través de los eones. Majestuosamente lleva a una construcción enorme y natural de una amplia cueva con un fondo sin precedente. Se podía ver cómo los minerales de las piedras brillan por los reflejos calcificados que conllevan su erosión natural, reformándose en enormes protuberancias que eran las uniones de las estalactitas y estalagmitas. Sus colores varían de lugar y su grosor también; pero guardan con honor un millón de historias en los cristales que reflejan los morados de las obsidianas y los verdes de las esmeraldas que condecoran todo el pilar natural.

La niebla sublima y sube a los vientos en medio de los ligeros temblores del inmenso lugar más allá de la caverna que es la prisión de Hela. Un viento congelado chocó contra la nuca de Steven mientras caminaba por el sendero de piedra. Su cuerpo palpitaba al compás del ruido en sus oídos que zumban los tambores de sus pisadas. Aprieta sus manos en puño y mantiene la frente en alto con cada metro que avanza. Se siente tan pequeño y tan insignificante en medio de aquel páramo de roca natural. Los gorgoteos retumban con exaltación ante su cercanía como un presentimiento nuevo del que Steven se debía preparar con todo el corazón. Las sensaciones, frías y calamitosas, golpean su pecho abultado y lleno de tantos anhelos. Así es como se da la bienvenida a un paraíso desconocido que se esconde en lo más recóndito de Asgard.

La morada de las magnas bestias abren sus puertas para el protector de de las semillas de las brujas. Era impresionante cómo todo volvía a un curso de juego. Donde la vida está corriendo contra el reloj de la inminente guerra. Estaba por arribar una gran amenaza. Una amenaza de la cual se ha estado preparando por tanto tiempo. Sin mayor razón, sin mayor deseo que salvar a la gente. Vidas inocentes estaban en juego. Vidas que no deben de pagar con su sangre ante los egoísmos y resentimientos de las batallas milenarias que se liberaron tanto tiempo atrás. Siendo así un sustancioso viaje de miseria, dolor y tanta batalla donde la sangre nunca faltó. La garganta de Steven se sentía seca con cada pisada que daba. Loki y Sigyn iban al frente de ellos. Steven y Thor iban detrás, con más precaución de la necesitada. Estaban a salvo, después de todo.

Era un momento culmen para la batalla. Se requieren a la mayor cantidad de aliados. A la mayor cantidad de gente que esté dispuesta a pelear con ellos a la hora de la batalla. Porque saben que es algo que no podrán detener. Porque es algo que tienen que hacer en medio de las pericias y de las necesidades. El alimento del alma es la libertad, después de todo. Y no había forma en que Steven no esté dispuesto ya a liberarse de todos los dolores y de todos los males a los que se ha visto enfrascado. Tanta miseria, tanta pena mientras las pesadillas lo consumen con el corazón en la mano. Sin mayor beneficio, sin mayor maleficio.

La batalla era menguante. Aguarda mientras camina a través de las enormes cavernas de Asgard. Como fauces hambrientas que dejan salir las neblinas crepitantes de un mal augurio. Reverberan en lo profundo de las mentes de los cuatro que caminan sobre la piedra lisa y llena de pequeños recuerdos retumbantes. Los sonidos se enaltecen mientras los gorgoteos resuenan en lo bajo de sus vientres como anhelantes deseos encarcelados. Exigiendo por una libertad en cuanto el llamado del druida hace cantar a los vientos oscuros que brillan con fulgor precioso. Retoques fluorescentes de sus frías tonalidades actúan como un silencioso camino que atraviesa, incluso, el encanto de una flor en los latidos de vida para que el silencio deje de acariciar lo apaciguado que era la encantadora ignorancia. Steven podía sentir todo eso dentro de su cuerpo mientras sentía la mano de Thor tomar la suya para entrelazarse con fuerza. Sus dedos se enredan con ternura y el pulgar de Thor acaricia su dorso con un mirar tímido y precioso que se escurre por todo el lamento.

❦ Sand Dream ❦ THUNDERSHIELDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora