❦ Sand Dream ❦ THUNDERSHIELD

A U X I L I U M

❦ Deditio = Abandono ❦

ADVERTENCIAS DE CAPÍTULO:

Descripciones explícitas de tortura, flagelación, martirio, desmembramiento, sangre, violación, abuso físico, psicológico, sexual a menores de edad. Escenas explícitas de desnudez, hipotermia, pérdida de uno mismo. Pensamientos suicidas por parte de menores de edad, deseo de muerte ajena, manipulación argumentativa y sentimental en estado deplorables de salud mental. Escenas de ruptura y poca autoestima, menciones de violaciones, maldiciones. Insinuación de magia negra y esoterismo ligero. Violencia típica de la historia, descripción explícita de fluidos, sangre y bilis. Pérdida de la coordinación de realidad y ataque psicótico por parte de personaje principal. Más pérdida de uno mismo. Despreocupación por la salud y la autoconservación.

Sin más, ¡a leer!:

~*~

Sollozos y gemidos de dolor reverberaban como lejana melodía.

A través de las ranuras de la madera vieja y crujiente, podía ver un poco de luz fría atravesando. Estiró su tambaleante mano hacia el ligero halo de fulgor. Tenuemente iluminó su enfermiza tez. Sus dedos estaban a punto de congelarse y con un nauseabundo tinte morado decorando los moretones y rasguños llenos de sangre y tierra sucia que infecta el ardor. Su cuerpo estaba tembloroso y le costaba respirar. Estaba atada con una cuerda roída y dura que se encajaba molestamente en su delgado y desnudo cuerpo. Hacía demasiado frío, sentía que iba a morir muy pronto. Ya no le quedaban energías suficientes para llorar, todo había sucedido tan rápido. Ahora estaban pagando un fuerte y tormentoso castigo.

Su cuerpo pequeño y delgado estaba atado por el cuello y debajo de su pecho para formar un nudo por la parte trasera como si fuera un animal. El otro extremo de la cuerda estaba amarrada a un fornido poste de madera del granero al lado de su casa. La paja y heces de los animales manchaba su blanca y enfermiza piel. Las venas se alcanzaban a ver entre lo delgado de su pigmentación. Sus muñecas estaban completamente flageladas por las marcas de sus padres cuando la maltrataron. Sus rodillas sangraban y era la única sensación cálida que recorría su cuerpo mientras el frío entraba en silbidos de vientos que no le dejarían descansar en paz. Su cabello estaba enredado y sobre su lastimado rostro, apenas podía abrir su ojo derecho y sus labios reventaron por el frío y los golpes que sus padres le proporcionaron cuando intentó defender a su hermano de la humillación. Se atrevió a golpear a su madre en defensa y buscando alejar la vela con la que estaba quemando los dedos de los pies de su hermano. Se lo había ganado.

La vida era demasiado gris para poder preguntarse por qué le tocaba sobrevivir a esto.

Después de haber sido desnudada y amarrada como animal de ganado, su padre salió a los jardínes y volvió con una gruesa rama de encino. Sin mayor preámbulo, le dio el palo a su madre para que sea ella quien corrija a su hija por haber intentado defender un castigo a su hermano. Así, la mujer empuñó el arma correctiva y comenzó a golpearla en los costados con fuerza, disfrutando de las lágrimas y gritos de dolor de la niña. Una, dos, tres veces a un lado. Una, dos, tres veces en el otro lado. Repetía la serie hasta que ligeras cortadas se abrieron en la piel de la niña. Moretones salpicaron cada impacto. Hilillos de sangre corrieron por su martirio en un sucio desencanto. La niña no se defendió, sus padres le amenazaron con hacerle más daño a su hermano de intentar hacerlo. Completamente despavorida por la idea, hizo sus manos en puños y aguantó cada uno de los impactos que llegaron contra su piel. La rama se blandía como un demonio entre las sombras y la poca luz que llegaba al granero. Una navaja silenciosa que hacía gritar a su sufrimiento. Golpe tras golpes hasta dejar satisfecha a su madre con el resultado patético de la ruptura de su empática inocencia corrompida: llena de moretones nacientes, sangre, tierra y hedor de sudor y lágrimas saladas que caían silenciosamente. La mujer soltó la rama y pateó un excremento de cabra que estaba cerca de la niña. La embarró y le escupió. Después, fue abandonada sin comer ni cenar hasta que aprenda su castigo.