A M A R E

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❦ Amare = Amar ❦

ADVERTENCIAS DE CAPÍTULO:

Alta carga de información. Pérdida de uno mismo, malos pensamientos, duelo mental de alto grado. Ataque psicótico inducido. Estrés infantil. Pensamientos con tendencias suicidas. Violencia y sangre típica de la historia. Peleas, desinformación, maldición a terceros, pérdida. Malestar, pérdida de la razón, espacio y sentido. Comparación con tendencias autodestructivas. Un Pietro triste.

Sin más, ¡a leer!:

~*~

Þjálfi no estaba seguro de qué era lo que hacía.

Su cuerpo simplemente atendió el llamado que estaba carcomiendo dentro de su cuerpo. Ardía con especial inquietud mientras retenía las lágrimas en sus ojos. Podía escuchar el paso de Pietro. Por lo que supo que tenía que perderlo de vista. No podía llevarlo consigo dentro de aquel espiral que los estaba jalando incansablemente. Por lo que se dirigió al frondoso bosque que le estuvo llamando instantes atrás. Permitiéndose chocar contra los arbustos y mezclar su aroma. Se detuvo cada tanto cuando sintió que Pietro estaba cerca. Respiró con resignación, apretando los ojos, y deseando no ser encontrado. El viento corrió.

No quería que lo encontrara.

No quería arrastrarlo a esto también. Por lo que fue tan cauteloso como pudo para poder perder de vista a Pietro. Podía escucharlo hablar, gritaba su nombre con desesperación y voz cortada. La garganta se le hizo nudo a Þjálfi, temiendo ceder a sus impulsos y dejarse encontrar. Ya no era él el cazador, él era la presa. Los malestares recorrieron su cuerpo mientras intentaba pensar con claridad. Era imposible, todo el ruido lastimaba su cabeza mientras las imágenes se volvían tan borrosas como perturbadoras. Encaminando a Þjálfi en un ciclo vicioso donde sólo podía mantener la temple gracias al viento que revuela sus cabellos y el llamado lastimado de Pietro por él.

Al escuchar cómo se alejaba más y más, Þjálfi siguió el rumbo que su cuerpo estaba buscando. Permitiendo que sus sentidos se unifiquen y sus piernas corran en sentido contrario. Así, tomó impulso y siguió adelante. Sus piernas se esforzaron y ardieron por toda la carrera mientras Þjálfi sólo quería llegar más rápido. Tenía que encontrar ese misterios. Algo lo estaba llamando. Algo lo estaba llevando a lo profundo del bosque. Justo como aquella noche en que escaparon de sus padres y fueron criados como brujas. Justo como aquella vez en que fueron atrapados por esa bestia con ojos en las manos y voz muerta.

La luna brilló de azul y envió un fuerte impulso de energía que rodeó todo el firmamento a su alrededor. Las estrellas refulgieron y los vientos hicieron bailar los frondosos árboles. Todo estaba tan callado. Þjálfi sólo escuchaba su respiración entrecortada y sus pies corriendo debajo de los parajes. La hierba crujía contra su carrera mientras las ramas eran golpeadas por sus brazos para seguir adelante. Su cuerpo se mareaba y su cabeza seguía llena de aquellas voces que gritaban adoloridas.

No podía callarlas. No eran voces suyas. Eran lamentos lejanos que maldecían su suerte en tantas formas coloridas como la miseria misma permitía. Su carrera entre el bosque lo sucumbió y tropezó en un desnivel de tierra y rodó colina abajo. Gimió adolorido cuando chocó contra unas piedras onduladas que crujieron contra su espalda. Se inclinó a un lado y posó su mano temblorosa sobre el lodo y el moho. El dolor se agudizó y se mordió los dientes con orgullo. Tenía que seguir adelante. ¡Tenía que seguir adelante! El dolor físico es pasajero, su cabeza era la que seguía doliendo y aplastando su razón.

Þjálfi respiró ahogado, tratando de recuperar la compostura que el golpe le provocó. Su vista era borrosa y llena de puntos negros entre la oscura noche. Miró al cielo, sólo había árboles impidiendo conocer su rumbo. El bosque se volvió demasiado espeso, la hierba era larga, las rocas abundaban y podía escuchar el viento hacer crujir la madera. Tomó todo el impulso posible cuando sintió hormigas subir a su mano y morder sus nudillos. Aquello activó la adrenalina suficiente para sacarlo de su ensimismamiento. El cazador de las montañas miró a su lado y buscó el rumbo más adecuado para seguir. No escuchaba a Pietro. Posiblemente ya lo perdió. De pronto, el bosque se sintió mucho más espeso y más grande de lo que ya era. Sentía su garganta ardiente, como si una navaja estuviera atravesándolo horizontalmente, sin recato, sin remedio. Sólo su cabeza palpitaba al ritmo con el que pensaba en Pietro, en que, posiblemente, ya estaba lejos de él.

❦ Sand Dream ❦ THUNDERSHIELDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora