La noche de ayer había Sido muy difícil para mí, me la había pasado con un mal presentimiento toda la noche, aunque ya eso es cotidianidad para mí, lo vuelve un poco más aterrador estar sola en casa.
Toda la noche estuve entre tomar el celular y prenderlo, y no solo para disculparme con Harry, porque evidentemente es mi culpa por tener miedo a que podía suceder.
Justo ahora solo estaba recostada en el sofá, con mi cobija encima y la mirada fija en uno de los capítulos de alguna serie que seleccione hace ya un rato, sin embargo no estoy concentrada, mi mente divaga en pensamientos, y me hace sentir nerviosa nuevamente.
Veo la hora en el reloj de pared y bajo mi cabeza completamente en el sofá, y suelto un suspiro largo, la madrugada estaba logrando ser bastante larga y ya comenzaba a desesperarme, aunque ya varios rayos de sol se estén colando por las ventanas.
Y entre mi sueño, mi miedo, y los nervios, tomo el celular que reposa en la mesita que se encuentra al lado del sofá, extiendo mi mano, tanteo varias veces, y logro obtenerlo.
—No lo sacaré de aquí, solo lo llamaré a él y se quedará aquí, está bien. —digo para mí, y respiro profundo, prendo la pantalla del celular y cuando lo hago mi corazón salta, realmente hace una voltereta extraña de alegría.
Sabía que Harry había configurado el celular o quizás la mitad del mismo, y ver qué el fondo de pantalla es una foto de nosotros, me calienta el corazón.
Finalmente voy hacia el marcador, porque quiero suponer que no se ha atado la soga al cuello el mismo poniendo su número en esto, así que solo lo escribo y marco enseguida a su número.
Y pasan cuatro tonos y lo escucho.
—¿Y está maravilla? —parece burlarse con ternura—. Perdona si la forma en la que te trate ayer te hizo sentir lo suficientemente culpable para tomar el celular, no deberías sentirte presionada por eso. —dice ahora con seriedad, atinando con todo lo que dice, sin embargo no quiero darle la razón, porque es hacer que se sienta mal, y no deseo eso.
—No fue por eso, pero si quería disculparme —digo en un tono bajo, y escucho un zumbido salir de sus labios—, creo que el miedo no me hace ser muy razonable, ayer solo deseaba quedarme contigo.
—No necesitas hacerlo Ally —traga saliva sonoramente—, está bien, no estoy molesto, más bien muy orgulloso de que hayas tomado el celular.
—Solo lo usaré en casa —prometo más para mí que para él, y chitea—, mientras tanto. —digo para no decepcionarlo, porque siento que lo hago.
—Esta bien Ally —escucho como abre cajones—, no te presiones —se que se ha encogido de brazos con decepción—. Dime cómo dormiste ¿Amaneciste bien?
—No, estoy esperando que llegue mi papá para dormir, no he podido cerrar ni un ojo —suelta un suspiro—, ahorita veré que voy a desayunar, y veo con que perder el tiempo hasta que llegue, estoy muy demacrada para ir con la psicóloga.
—Voy para allá Ally —dice en forma de aviso—, ¿Quieres que te acompañe? —pregunta.
—Por favor —recojo mis piernas en el sofá, dentro de la cobija—, si quieres, puedes desayunar aquí.
—Esta bien Ally, estaré allá en unos minutos —avisa—, te quiero. —el mundo parece detenerse y quiero vomitar.
—Yo también. —digo un poco ahogada y cuelgo la llamada.
Fue mala idea llamarlo, no debí hacerlo, fue una estúpida idea, quizás ni siquiera desea venir, y yo solo lo estoy presionando para que venga, y no es nada justo.
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High Hopes H.S.
Teen FictionTenía que tener grandes esperanzas para ganarme la vida... Historia inspirada en entrevistas y experiencias de de fans, no específicamente de Harry o One Direction, todo esto ha sido de recopilaciones que he hecho de mucho cantantes, para terminar h...