E I G H T E E N

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—No estoy molesto, no tienes porque ponerte así, ¿Algún día se enteraría no? —suelto el aire que estaba conteniendo en forma de alivio y no dejo de ver a Harry algo intranquila.

¿Cómo hoy está tan tranquilo con lo que sabía Dylan? Mi miedo era que volviera a poner esa cara molesta, para expresar que no estaba a gusto con lo que decía, pero era todo lo contrario a lo que había pensado, y todo lo contrario a lo que me había dicho hace días.

—¿Ally? —salgo de mis pensamientos de inmediato y me concentro en el—. No me voy a enojar, además no es tu culpa, yo mismo me presenté allá y era extraño que estuviera cubierto ¿No? —pero igual seguía sintiendo esa pesadez en mi estómago.

Niego con mi cabeza y suelto un suspiro pesado, me sentía confundida, yo misma comencé sus sospechas, obviamente era la culpable.

—Lo siento —digo casi en un susurro—, yo fui la que levante las sospechas de todo y claro...

Alguien abre la puerta, obviamente interrumpiendo nuestra conversación y volteo de inmediato a ver quien es y solo puedo estar extrañada.

—Ya puedes tomar camino a casa Harry —el entra hasta donde estamos nosotros y se pone justamente frente de mi, por mi parte mi corazón comienza a latir con fuerza y me alejo un poco—, mucho gusto Allyson. —me sonríe extendiendo su mano a mí dirección.

Antes de parecer odiosa, quito mi cara de extrañeza y lo imitó, sonrió amable y tomo su mano.

—¿Mucho gusto? —digo en forma de pregunta porque realmente no se quien es el.

—Jeff —aclara y me siento algo nerviosa, tocó mi pecho en busca del carnet y ahí está—, me alegra que está vez si hayas cumplido el reglamento de venir con identificación. —dice y sí, me siento nerviosa, la última vez Harry y Sarah habían mencionado algo sobre él, al igual que hoy y eso me ponía los nervios de punta.

—Fue solo una vez —Harry habla sin preocupación—, además ni siquiera duro treinta minutos aquí. —el me toma por los hombros y puedo sentirme tranquila por su apoyo y un poco más nerviosa por su toque.

—No creo que vuelva a pasar —digo en un tono de voz que tomo por bajo—, de verdad estoy muy apenada por lo que sucedió la última vez, procuraré traer la identificación. —sonrio hacía el y el me devuelve la sonrisa con un asentamiento.

—Bien, entonces creo que para ambos quedó todo muy claro —suena amistoso y suelto el aire que no sabía que contenía—, que tengan un buen camino a casa. —el se adentra más a la habitación y comienza a tomar unas cuantas cosas y tomo su gesto como uno de despedida.

—¿Quieres darme un aventón? —dice en un tono casi bajo y doy un asentimiento con despreocupación—. ¿Ibas a algún lugar después de aquí? —pregunta cuando comenzamos a caminar hasta la salida.

—No —alzo mi mano en un gesto calmado y a el parece tranquilizarlo eso—, aunque cuando me dijiste que estabas ocupado pensaba ir a ver mi nono, pero me hiciste cambiar de opinión rápido. —admito y el ríe.

—Podemos ir a verlo ahora —dice y paro mi caminar para verlo, era casi increíble—, claro si quieres que vaya contigo. —una sonrisa me invade y niego con mi cabeza.

—No es necesario —muerdo mi labio un poco inquieta, esto me hacía sentir extrañamente rara—, vamos a casa. —una risa nerviosa se me escapa y saco las llaves de mi auto de mi bolsillo recordando que no había bajado mi bolso del auto.

—Vamos —me codea y me siento un poco insegura, no quería hacerlo sentir obligado a ir para allá—, si seguimos perdiendo el tiempo no llegarás a ver a tu nono.

High Hopes H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora