E I G H T Y S E V E N

111 10 1
                                    

Me siento entumecida, todo el cuerpo me duele, y no es lo mismo a todo el dolor de hace unas noches, es diferente, todo mi cuerpo se siente como si hubiera durado horas tensa, como si mis músculos no se hubieran relajado por horas o hasta dias.

Estoy cansada, me duele la cabeza, como si estuviera mareada, solo veo luces de colores en toda mi visión negra y obscura, me siento perdida y no se que sucede realmente.

¿Qué está sucediendome?

No hay un recuerdo claro de absolutamente nada, aún siquiera me siento consciente de estar dentro de mi cuerpo, no me muevo, no gesticuló, no hablo, solo estoy aquí, me siento inerte, aunque todo me duele.

—Estas bien... Estás bien... —susurran cerca de mi y siento la conciencia volver a mi cuerpo, pero me siento aún más entumecida—. Ally por favor —presiona algo contra mi cara, justamente en mi nariz y boca, y siento el aire frío pasar lentamente en mi respiración pesada—, perdoname por dejarte sola, perdóname por descuidarme.

—Ya papá —Dylan lo calma, sin embargo aún no puedo abrir mis ojos, pesan demasiado, y aún me siento adormecida, adolorida—, ya pasó, no te culpes, estaba durmiendo, no nos íbamos a enterar.

Una caricia suave comienza detrás de mi cabeza, relaja el palpitar de mi dolor, me hace sentir un poco más pesada, un poco más inconsciente, pero hay menos dolor por un momento, me hace relajar mi cuerpo por unos segundos.

Pasan varios minutos así, volviendo y saliendo de mi trance, hasta que siento que mis párpados no pesan tanto como antes, puedo observar la luz de la habitación y siento como quema mi retina, y me hace volver a cerrar los ojos.

Gruño en frustración, cansancio y dolor, subo mi mano hasta la máscara deseando apartarla porque me siento sofocada.

Convulsiones.

Conocía este sentimiento de principio a fin, conozco la perdida de oxigeno después de una convulsión tan fuerte, reconozco el entumecimiento de mi cuerpo, la saliva seca en mi mejilla.

Veo al suelo, un desastre del líquido entre los sueros y mi medicina, las almohadas en el suelo y mi sabana echa un bulto en el suelo blanco.

Al otro lado observó solo la mitad del cuerpo de mi papá, maniobrando conmigo, mientras mis ojos aún recorren el desastre que he hecho en la habitación, siquiera reconozco como tumbe las cosas de la mesa dónde Emi había dejado la cajita.

Observó como Dylan recoge cajas de pastillas, prenatales, mi ropa en el suelo, y recoge la cajita abierta y el objeto que llevaba adentro, el cuál ni siquiera logro ver de lo rápido que recoge cada cosa.

La puerta se abre sorpresivamente, y mi papá me sostiene con fuerza cuando hago un impulso para ver a la puerta, para ver entre mi vista nublosa quién ha entrado.

—Oh mierda. —se le escapa una maldición y reconozco la voz de inmediato, cuando ni siquiera he podido ver su rostro del todo bien.

Halo de la máscara hacia arriba aprovechando la distracción de mi papá.

—Harry. —siento esa emoción extraña en mi cuerpo, haciendo que me olvidé del dolor, del entumecimiento en mi cuerpo, de la nube borrosa en mis ojos.

Casi tres meses...

Es diferente, es completamente diferente detallarlo tan de cerca que cuando lo veo por video llamada, ver el verde vivo en sus ojos, observar su cabello castaño tan de cerca, poder verlo desde hace tiempo.

Sus manos.

Veo como sostienen con fuerza un vaso de café, la otra jugando con sus dedos en un movimiento nervioso, rasca un dedo con otro arrancándose pellejitos de las orillas de sus uñas, está nervioso, ansioso.

High Hopes H.S.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora