Capítulo Treinta y Dos

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A las nueve y media de la mañana del domingo, Samantha estaba sentada con su camisón blanco en el centro de la cama de Tom, con las rodillas apoyadas en su pecho, tratando de arreglarse las uñas de los pies. Hasta el momento no había escuchado, ningún ruido en la habitación de Tom, así que supuso que estaba aun durmiendo.

A las diez de la mañana tomo el control remoto y encendió la televisión  para ver que había a esas horas, pasando los canales deteniéndose de vez en cuando en algunas sitcoms, hasta dar con un canal que hablaba sobre los múltiples asesinatos en la historia de Nueva York derivados por guerras de mafias, el conductor comenzó a decir las historias  que iban a narrar esa mañana, dándole a cada una su tono especial de ¿pueden creer esto? Samantha  no presto atención a lo que estaba diciendo hasta que escucho la palabra Jubilee, entonces levanto la cabeza, abrió los ojos y puso atención a cada palabra que decía.

“La masacre de Jubilee no fue tan conocida como la masacre del día de los enamorados, pero nada de lo que  sucedió en Nueva York, durante la prohibición es tan notorio como lo sucedido en Chicago. Quizás se debía al cinismo de los neoyorquinos, pero el episodio de aquel sábado 12 de mayo de 1928 a la noche, ni siquiera fue llamado masacre por estos. Algún ingenioso decidió llamarlo “El Cambio de Guardia”, fue cuando un jefe de una pandilla de gangsters mato a los hombres de otro gangster que a su vez se convertía en jefe.  Doc Barret, en aquel entonces era un rufián de veintinueve años, que tomo en sus manos la venta ilegal de licor después de aquella noche, después de aquella terrible  noche donde murieran diecisiete personas  y  fueron  heridas  más de una docena. Doc gano, pero también perdió a su mejor amigo de la infancia, el hombre que según era el  único en quien podía confía y que solía llevar el pintoresco nombre de Media Mano Joe. Murió  aquella noche. Todo sucedió  en una taberna  de moda en Harlem conocida como Jubilee Place. Quizás Doc gano aquella noche, pero  Jubilee perdió todo lo que tenia, su club fue destruido por más de tres mil disparos… y por algunos miles de coleccionistas de recuerdos durante los días siguientes.”

Mientras el periodista hablaba, la cámara mostraba escenas del interior y exterior de un viejo edificio, en una zona horrible de Harlem. Las ratas corrían  mientras la cámara enfocaba los agujeros de las balas en la pared. “Jubilee aun es dueño del club” continuo el conductor “pero con los valores actuales de las propiedades, no ha podido venderlo, ni alquilarlo, así que permanece vacio” el conducto sonrió a la cámara como la mona lisa “algunos dicen que el lugar esta embrujado. Jubilee Johnson aun  dueño del club, a sus ahora ciento y un años aun toca, canta  y aun esta alegre… eso no se lo quito la masacre de esa noche.”

Samantha salto de la cama, cruzo el baño y entro en el dormitorio de Tom, quien dormía boca abajo, tapado  y hundido en una pila de seis almohadas.

— ¡Tom! Despierta, tienes que venir a ver lo que hay en la televisión — como él no se movió, ella se arrodillo junto a la cama y toco lo que podía ver de él, que consistía en un centímetro de hombro y un par de rastas. — ¡Tom! ¡Despierta! Te lo vas a perder— no movió un musculo, si no estuviera tan tibio, ella habría pensando que estaba muerto. Se subió a la cama, lo tomo  de los hombros y comenzó a sacudirlo— Jubilee está en la televisión. El Jubilee de Maxie. ¡Levántate!

En un momento parecía profundamente dormido y al siguiente la tomó y la coloco en la cama junto a él y comenzó a pasarle la áspera por la barba por la cara y contra el cuello, haciéndola reír, mientras no dejaba de abrazarla.

— ¿Por qué me despiertas? — le dijo con molestia fingida—Es domingo y  un día para dormir.

Riéndose, Samantha trato de separarse de él ya que la barba le raspaba la piel.

Sweet DelusionsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora