Capitulo Cincuenta y Dos

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—Creo que será mejor que vengas—le dijo Blair a Tom, expresándole con la mirada lo que él no deseaba oir.

—Sammy— le dijo Tom suavemente, Samantha lo miro y supo lo que Tom quería decirle.

—No soy tan frágil, Tom— le respondió poniéndose de pie y arreglándose el vestido rojo de Maxie. En la parte delantera tenía sangre, no sangre verdadera sino preparada con glicerina, como la que se usaba en las películas, que permanecía roja y fresca para siempre, M.M, había interpretado a Media Mano Joe ya que era el hijo del niño que había estado escondido en el armario y había visto a Doc, matar a su padre. Fue Maxie quien había pagado sus estudios y los de sus medios hermanos, después de haberlos encontrado, los mantuvo durante años.

—Mi abuela se está muriendo, ¿Verdad? — pregunto Samantha, mirando a Blair y Tom.

—Si— le respondió Blair

— ¿Ella lo sabe?

—Si, pidió verte a ti y a Tom. Quiere hablar con ustedes.

—Si— dijo Samantha— Necesito saber que paso con ella después de esa noche, donde entra mi abuelo Cal, en toda esta historia—de pronto le pareció importante saber si el hombre a quien ella había querido tanto había sido amado por su esposa, si Maxie no había amado solo a Thomas Ransome.

Samantha no tuvo que esforzarse para sonreír cuando vio a su abuela en la cama, cubierta con hermosas sabanas de color lavanda. Blair la había llevado hasta Jubilee Place para que pudiera ver todo, pero después que Samantha, salió interpretando a Maxie, Blair la había llevado a una habitación que una vez había sido el camerino de Thomas Ransome. Como siempre lo hacia Samantha se subió a la cama, con su abuela, pero Maxie estaba demasiado cansada como para abrazar a su nieta.

—Dime que sucedió— le pidió Samantha, acomodándole el cabello de la frente a Maxie y sintiendo que su cuerpo ya se estaba enfriando. Ella y Tom se inclinaron para oírla.

—Salí— susurro Maxie, con voz ronca— no tenía equipaje, solo lo que llevaba puesto, mi billetera y la bolsa que Joe me había entregado. Fui a la estación de trenes y compre un pasaje a Washington, lo más lejos que pude llegar de Doc, cuando me baje en la estación de tren me senté en un banco. Tenía hambre... no había comido desde ese día en la mañana, el hombre al que yo amaba estaba muerto, yo había herido probablemente de muerte a uno de los hombres más poderosos de Nueva York y probablemente buscaría venganza, estaba embarazada de tres meses y no tenía nada. Pensé que lo único que tenía eran diez mil dólares en dinero marcado, que me costaría la vida si lo llegaba a usar y algunas joyas que podrían ser rastreadas si las empeñaba.

Maxie respiro y Sam y Tom esperaron a que continuara, sabiendo que necesitaba contar lo que le había sucedido.

—Fui al baño para tratar de lavar la sangre del vestido, fue cuando mire la bolsa y vi un saquito más pequeño en el fondo. Estaba lleno de pequeños diamantes que valían exactamente tres millones de dólares. Media Mano había convertido los tres millones en diamantes para después poder transportarlos sin ningún problema. Después de ver aquellas piedras supe con seguridad que si Doc o alguno de sus hombres me encontraba, mi vida habría terminado. Regrese a la sala de espera, para pensar que haría de mi vida.

Maxie sonrió.

—Un Joven se sentó a mi lado y me dijo: "Tienes el aspecto de sentirte igual que yo. ¿Quieres que comamos algo y charlemos?" Mire sus bondadosos ojos castaños y le respondí que sí. Y así fue como conocí a Calvin Knight. Me llevo a un café, comimos algo y le conté todo, mientras él me escuchaba sin juzgarme. Cuando termine, me hablo de él. Recién había sido dado de baja con honores del ejercito, hacía dos años que sus padres habían muerto en un accidente, no tenia hermanos ni mas familia y había heredado una pequeña villa en Alemania entre otras propiedades, hacia unos días la chica con la que se iba a casar, se había fugado con un hombre que conoció seis días antes. Y hacia tres días que el ejercito le había informado que las paperas lo habían dejado estéril.

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