Capitulo Cincuenta

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Samantha despertó como si saliera de un trance hipnótico y de pronto ya no era Maxie sino ella misma, pensó que Tom iba a entrenar a alguien para que interpretara a Doc, pero no lo hizo, ya frente a ella se encontraba el hombrecito, con una sonrisita burlona, nada había cambiado con el paso del tiempo.

Aquella noche de 1928, Maxie le había disparado a Doc y le había cercenado la medula espinal, sin embargo él había podido mantener el secreto de que estaba lisiado, antes de decirle al mundo que había sufrido un accidente automovilístico, que lo había dejado invalido. Maxie se había llevado su movilidad y todo su dinero. Media Mano actuó bajo las órdenes de Doc y le había robado a Scalpini. Doc, que odiaba a Maxie por haberlo traicionado, se propuso como objetivo de su vida, matarla y matar a cualquiera que supiera algo de ella. Con esa idea firme en su mente, envió a uno de sus hombres a Berlín, cuando vio la fotografía en el periódico, casi enloqueció al verla feliz con su nieta en brazos. Su error había sido llamar para amenazarla. Cuando el asesino llego a Berlín, ella se había marchado. Sus días como mafiosos había comenzado a declinar y su fortuna comenzaba a escasear, sabía que Maxie conocía el paradero del dinero perdido de Media Mano... su dinero.

En ese momento enterada de Todo, Samantha se encontraba frente al hombre, sentado en una silla de rueda y tenía un arma en la mano. A esta distancia, dependía que el arma estuviera cargada con balas de salva o verdaderas, si le disparaba, lo mataría. Hasta entonces lo había visto como un anciano, pero ahora veía al hombre que había destruido el club nocturno lleno de gente para matar al hombre que había embarazado a "su chica". Veía al hombre, que para obtener el control de la venta ilegal de licor, había matado a sus propios hombres culpando al Jefe de otra pandilla.

—Usted mato a un hombre que lo quería más que a su propia vida— susurro Samantha, refiriéndose a Madia Mano—Ha matado a todos los que trataron de cuidarlo, ¿valió la pena? Ahora está aquí sentado en una silla de ruedas, solo, triste y no hay una sola persona que esté interesada en usted. ¿El dinero valió la pena para tanto sufrimiento?

Doc se rio de ella como si fuera tonta

—Niña estúpida, crees que todo el mundo es como tú. Sí valió la pena, nunca me aburrí con mi vida, tome todo lo que deseaba y gane todo los juegos que jugué. No existe otra cosa en la vida. Yo gane.

—Mi... mi madre

—Ella no importaba, Media Mano no importaba, Maxie no importaba excepto que casi me derrota. Me contaron que tenía un amante, pero nunca supe que estuvo embarazada hasta que tu joven amigo me envió la nota. Sabía que no tenías ningún parentesco conmigo y no te habría recibido si no hubiera sido por el dinero.

A Samantha le resultaba difícil comprender un razonamiento como el de él. Quizás tuviera razón y ella creyera que todos debían ser como ella, pero siempre había pensado que todas las personas del mundo querían amor y amistad. Pero ese hombre no albergaba ningún sentimiento en su interior.

—Lo odio— le dijo Samantha

Él le sonrió, con una sonrisa presumida como si conociera todos sus pensamientos y fue en ese momento que Samantha comprendió que deseaba que lo matara. Tratando de mirarlo sin que el odio nublara su visión, vio a un anciano frágil y lo peor fue que vio a un hombre pobre. Tom había dicho que por lo que había podido averiguar, Doc no tenía dinero, lo había gastado todo en proteger su vida. ¿Quién se iba a ocupar de él, si no tenía dinero para comprar a sus cuidadores? Por eso su deseo de morir, Samantha le sonrió de la misma manera presuntuosa, Samantha tenía idea de que hacer ahora con Doc, haría que pasara lo quedaba de vida, en un clínica con enfermeras despóticas que lo llamarían Tony. Era tan viejo que no podía ir a la cárcel, pero un asilo, era mucho mejor para un hombre acostumbrado hacer su voluntad.

Movió la mano levemente hacia la derecha y disparo las seises balas de las pistola, sobre la pared detrás de él.

Tom le llevaba una copa de whisky a los labios—Bébelo— le ordeno y ella lo hizo, pero él tuvo que sostenerle las manos, ya que estaba temblando demasiado como para sostener la copa.

— ¿Cómo...? — su voz era temblorosa que tuvo que empezar de nuevo— ¿Cómo sobrevivió Thomas Ransome?

***

Una bonita imagen de Doc, ya nos acercamos a los capítulos finales.

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