A la mañana siguiente, Quirón me trasladó a la cabaña 3.
No tenía que compartirla con nadie. Gozaba de espacio de sobra para todas mis cosas (que no eran muchas). Podía sentarme en mi propia mesa, escoger mis actividades, gritar "luces fuera" cuando quisiera y no escuchar a nadie más.
Pero me sentía totalmente deprimido.
Justo cuando comenzaba a sentirme aceptado, a sentir que tenía un hogar en la cabaña 11 y que podía ser in chico normal—o tan normal como se puede cuando eres y mestizo y tienes una marca en la piel que te provoca un constante y agónico dolor—, me separaban como si tuviera una enfermedad rara.
Aunque, tal ves sí sea el caso. Ni Quirón, ni Annabeth, ni nadie sabía responder que eran las marcas en mi piel. Y mucho menos sabían cómo curarlas.
Nadie mencionaba al perro del infierno, pero tenía la impresión de que todos comentaban a mis espaldas. El ataque había asustado a todo el mundo. Enviaba dos mensajes: uno, que era hijo del Tirano de los Mares; y dos, los monstruos no iban a detenerse ante nada para matarme. Incluso podían invadir el campamento que siempre se había considerado seguro.
Los demás campistas se apartaban de mi todo lo posible. Después de lo que les había echo a los de Ares en el bosque, la cabaña 11 se ponía nerviosa conmigo así que mis lecciones con Luke ahora eran particulares. Me presionaba más que nunca, y no tenía magullarme en el proceso.
Y yo se lo agradecía.
Iba a necesitar todo el entrenamiento posible. Necesitaba ser más fuerte, serle más útil al resto.
Annabeth seguía enseñándome griego por las mañanas, pero parecía distraída. Cada vez que yo decía algo, me reñía como si acabara de darle una bofetada. Después de las lecciones, se marchaba murmurando para sí: "Misión... ¿Poseidón...? Que desgracia... Tengo que planear algo..."
Además del entrenamiento con Luke, tuve un segundo alivio de mi soledad:
Si hay algo que los hijos de Ares respectan, es la fuerza, y creo que yo había demostrado la mía.
Si bien no me juntaba mucho con ellos, sí entrenaba con la cabaña 5 la lucha cuerpo a cuerpo. Donde mis derrotas contra Clarisse poco a poco se convirtieron en empates, y empezó una suerte de rivalidad amistosa en la que ambos queríamos tumbarle los dientes al otro.
Más de una vez fue necesario que el resto de chicos intervinieran antes de que nos noqueáramos mutuamente con un puñetazo al rostro, siempre acompañado por mis visiones sobre aquella pelea con ese hombre gigantesco de capa roja y cabello rubio.
Había alguien en el campamento que me tenía manía.
Una noche entré a mi cabaña y encontré un periódico que habían dejado en la puerta, un ejemplar del New York Daily News, abierto por la página dedicada a la ciudad.
Casi me llevó una hora leer el artículo, porque cuanto más me enfadaba, más flotaban las palabras por la página.
UN CHICO Y SU MADRE SIGUEN DESAPARECIDOS TRAS EXTRAÑO ACCIDENTE DE COCHE. POR EILEN SMYTHE
Sally Jackson y su hijo Percy llevan una semana en paradero desconocido tras su misteriosa desaparición. El Camaro del 78 de la familia fue descubierto el pasado sábado en una carretera al norte de Long Island, calcinado, con el techo arrancado y el eje delantero roto. El coche había dado una vuelta de campana y patinado varios metros antes de explotar.
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El Éxodo de Hércules
FanfictionEl dios de la justicia cayó, dejando un último regalo a la humanidad, sin importar que tan lejos esté de su mundo de origen, Hércules amará a los humanos, y dejará su legado en manos de aquel que habría de convertirse en el mayor héroe del Olimpo. A...