Veintinueve.

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Arranqué la hoja de la puerta, mi corazón se estrujaba de dolor en mi pecho y la imagen de la chica no salía de mi mente, ella apoyándome y ayudándome a esconderme de Kai. En mi mente todo se conectaba, el celular, la ubicación, que ella le dijera que yo no estaba, el debió darse cuenta de que ella me había ayudado.

¿Pero por qué razón le tendría que hacer algo?
¿Venganza?

La respiración me fallaba, el aire se negaba a entrar a mis pulmones, abrí la puerta del lugar y busque a Yeonjun con la mirada pero no lo encontré en ningún sitio, así fue en los siguientes lugares donde entré, el no estaba en ningún sitio.
El terror comenzó a invadirme y lo busqué aún con más desespero, la ropa mojada se me pegaba al cuerpo a causa de que la lluvia había empeorado, caminaba frenética entre las personas tratando de conseguirlo pero parecía que la tierra se lo hubiese tragado, un nudo se formó en mi garganta y las lágrimas picaban en mis ojos queriendo salir pero en miedo era aún mayor que eso, un toque en mi hombro me paralizó y todo lo que vino a mi mente fueron señales de alerta, me preparé para correr cuando oí una voz.

"—Por fin te encontré. "

Volteé temerosa para conseguirme con Yeonjun, quien sostenía una sombrilla en su mano, todo mi cuerpo comenzó a relajarse después del momento de miedo y tensión, estrellé mi cuerpo contra el en un abrazo.

—Pensé que me habías dejado sola. —Dije mientras mi voz se quebrantaba, ahora las lágrimas que no habían salido por mi estado de shock corrían bajo mis ojos.

—Nunca me iría sin ti.—Dijo Yeonjun preocupado. —Cuando salí de la tienda de comida había comenzado a llover y fui por una sombrilla, cuando fui por ti al parque ya no estabas, nunca había estado tan asustado en mi vida, estoy feliz de conseguirte. —Me apretó entre sus brazos.

Caminamos juntos hasta la parada de autobús, donde el estuvo siempre abrazándome y tomándome de la mano, no parecía entender porqué actuaba como estaba actuando pero permaneció en silencio durante todo el camino y se limitó a cuidarme.

Cuando caminabamos para llegar al mirador la lluvia se había detenido pero mi ropa seguía húmeda, había comenzado a temblar del frío.

—Kat, estás helada. —Dijo Yeonjun al tocar mis manos.—Te dará hipotermia. —Me jaló de la mano hacia el mirador, mis dientes titiritaban.

Entramos y subimos las escaleras, yo soplaba con mi aliento mis manos tratando de calentarlas pero no parecía hacer efecto.
—Debes tomar un baño caliente. —Dijo Yeonjun quitándome la sudadera, el anuncio de desaparición de la chica que había metido en el bolsillo de la sudadera cayó al suelo, el se dobló para recogerlo y lo abrió, la tinta se había regado un poco pero seguía estando legible y la cara de la chica aún se podía reconocer. —¿La conoces? —Preguntó Yeonjun con el ceño fruncido. Asentí sin dar detalles. —¿Por eso estabas así?— Preguntó ahora con una expresión de lástima, volví a asentir y el se acercó a mi dándome un fuerte abrazo en el que cubrió todo mi cuerpo haciéndome sentir pequeña entre sus brazos. —Ella estará bien, ahora vamos a darte un baño que vas a enfermarte. —Me dijo al oído mientras me abrazaba. Me alejé un poco de el.

—Me da vergüenza. —Dije apenada, mis piernas temblaban y no sabía si era del frío o del miedo que aún sentía.

—Entonces ve y date un baño, yo te prepararé algo caliente mientras tanto, ¿Bien? —Dijo sosteniéndo mi rostro con ambas manos. Asentí, y entré al baño, abrí la llave y el agua fría comenzó a calentarse, me desvestí y me senté en el suelo de la bañera, mis emociones estaban confundidas, me sentía felíz de estar con Yeonjun pero tenía miedo de todo lo que había estado ocurriendo, me sentía culpable por la desaparición de la chica y además de eso me sentía preocupada por mi y lo que me pudiera ocurrir, tenía miedo de contarle a Yeonjun porque sabía que el no se quedaría con los brazos cruzados y no quería que el corriera peligro también, recordé el día que me había mostrado que llevaba un arma encima y me estremecí, si le contaba todo podría salir de control y terminar en una tragedia, pero mantener el silencio también me estaba matando, sentía que me estaba ahogando en mi propio silencio, las lágrimas se confundían entre las gotas de agua, ya no tenía frío, tenía ganas de desaparecer, la única razón que tenía para seguir era él.

Please Use Me Like A Drug - Choi Yeonjun TXT  [EN EDICIÓN Y CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora