Uno.

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Una fría brisa sopló de pronto haciendo que mi piel se pusiera de gallina mientras iba bajando la colina, mientras más caminaba más me arrepentía de lo que estaba haciendo.

—Beth, ¿Estás segura de lo que estamos haciendo? —Dije mientras frotaba mis brazos, los escalofríos hacían acto de presencia y definitivamente no se querían ir.

Hacía una hora atrás el alcohol había hecho parecer que fugarnos a media noche a una fiesta clandestina sonara como una excelente idea, pero ahora mismo me retractaba de mi desición.

—Kat, tardamos una hora en que dijeras que si, ¿Ahora que estamos súper cerca dirás que no?— Abrió los ojos de forma exorbitante como diciendo "¿Es en serio?" —Es nuestro último sábado de vacaciones, dentro de dos días entraremos a la universidad, y prometimos llevar promedios excelentes, no tendremos tiempo para esto.

—Estamos kilómetros lejos de casa, en un sitio oscurísimo en el que nunca en mi vida había estado. —Reproché mirando mi entorno, una carretera rodeada de árboles, donde la única iluminación era la luna.

Beth rodó los ojos.
—Ya yo he estado aquí, he estado viniendo las últimas semanas, no pasará nada. —Dijo en voz baja.

—¿Perdón? —Pregunté quedando boquiabierta— En ningún momento me lo mencionaste, y se supone que somos como hermanas, no nos ocultamos nada.

Beth hizo una mueca de aburrimiento.

—No te lo iba a decir, eres demasiado anticuada, y cuando te ví bailando encima de la mesa, pensé que por fin habia salido la perra en ti, pero ya veo que no.

Me sonrojé ante lo que me dijo, casi logrando que se me pasara el ligero enojo de que no me contara cosas de su vida. —No bailé encima de la mesa.

—Si que lo hiciste, y tengo videos. —Dijo ella, sacudiendo su teléfono entre risas.

—Beth, juro que voy a matarte. —Dije  corriendo para alcanzarla, pero ella sin duda tenía mejor forma física y fácilmente corrió más rápido que yo. Beth chilló entre risas.

—Tranquila, no sabrán que eres tú, definitivamente pensaran que es Cardi B. —Beth se detuvo a mitad de la colina para doblar sus rodillas y menear el trasero imitandome horas antes.

No pude evitar soltar la carcajada, realmente había bailado sobre una mesa, yo, Kat, la chica de excelentes calificaciones, la mejor portada de todo mi barrio si no es que era la mejor portada de toda mi provincia.

—Solo relájate. —Dijo Beth cuando se cansó de reir.

—Mamá me va a matar. —Pronuncié al caer en cuenta de que en una sola noche ya me había desatado lo suficiente.

—Shh. —Beth corrió hacia mi y tapó mi boca con su mano. —¿Oíste eso? —Susurró.

El miedo invadió mi cuerpo y en ese momento fui consiente de que éramos dos chicas menores de edad bajo efectos de el alcohol caminando en medio de la nada, y las probabilidades de salir en el periódico al día siguiente eran más altas que las probabilidades de salir con vida.

—¿No oyes nada?—Susurró de nuevo Beth, negué con la cabeza. —Oye bien.

Cerré los ojos, el único sonido que oía era mi respiración agitada, detuve la respiración.

Oí el movimiento de los árboles y la brisa que movía sus ramas, y con la brisa, lejos, muy lejos, sonaba una suave melodía.

Era música.

Abrí los ojos, encontrandome con la cara sonriente de Beth y sus ojos emocionados.

—¡Ya casi llegamos!—Chilló de emoción.

Please Use Me Like A Drug - Choi Yeonjun TXT  [EN EDICIÓN Y CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora