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Estaba harto de todo.

—"Huening está en la ciudad."—La voz de mi padre sonó a través del teléfono celular junto a mi oreja. —"Puso a su hijo a estudiar en la misma universidad que tú y tus hermanos, lo más probable es que quiera mantenerse cerca antes de atacar."

Suspiré sin saber que decir al respecto, sabía que venían días oscuros y que todo era mi culpa. —¿Y qué planeas hacer?

—"Exactamente Yeonjun, lo peor del caso es que no podemos actuar, uno de tus hombres vendió de nuestra mercancía en su territorio y ahora se sienten con derecho de invadir el nuestro, te dije que mantuvieras el puto control de los territorios, y que mantuvieras a tus hombres al margen." —Gritó mi padre por el altavoz del celular. —"Sabía que no era buena idea incluir adolescentes entre los vendedores."

—No es un adolescente, ya es mayor de edad. —Dije sin más.

—"¡No lo demostró yéndose a vender de nuestra mercancía en territorio enemigo!"—Exclamó papá sumamente alterado, por más que no lo veía sabía que su rostro estaba completamente rojo en ese instante. —"Y ahora tenemos a Nabil Huening en nuestras narices, sin tener la más mínima idea de lo que planee hacer en nuestra contra, y no podemos echarlos porque fuímos nosotros quienes invadieron su territorio primero, exijo que mañana mismo mates al incompetente que causó todo esto."

Apreté el puño mientras contenía la respiración, deseaba ser cualquier otra persona, pero no quería ser yo, el hijo mayor y el segundo al mando de una mafia coreana en Estados Unidos, quien no tenía la maldita elección de qué hacer y que no, sino seguir ordenes sin opción a renuncia.

—No voy a matar a nadie, papá, no de nuevo. —Dije con una fingida voz serena tratándo de no salir de control al recordar la única vez que vi un cuerpo sin vida por mi culpa, desde ese instante supe que mi vida estaba maldita.

—"Tienes que dejar tu ridículo miedo a la muerte, eres un Choi, ¡Eres el heredero de la mafia Choi! Tu deber es defender el honor de la familia hasta la muerte, lo cual significa que en lugar de morir, tienes que matar para mantenerte vivo." —Dijo papá en su nauseabundo discurso, las náuseas invadieron mi estómago, no quería existir en absoluto. —"Cuando yo quedé a cargo, no tenía una puta idea de que hacer, me estoy encargando de que no ocurra lo mismo contigo, cuando yo muera tú serás quien estará a cargo de todo esto, y alguien con miedo a la muerte no puede liderar todo un imperio."

Sacudía mi pierna ansiosamente contra el suelo esperando a que mi padre por fin se callase, podía cerrar la llamada y ya, pero eso solo significaría un puñetazo en el rostro al día siguiente. —Está bien, pero no lo mataré, si quieres dile a Beomgyu que lo haga, pero yo no lo haré.

Mi padre soltó un bufido. —'Entonces dale una paliza y haz que se largue de Estados Unidos, no lo quiero entre mis hombres, no cuando desencadenó esto."

Mi padre fue quien colgó la llamada, sabía que tenía razón y que el hecho de que Huening estuviera cerca de nosotros solo encendida las señales de alerta, lo único que quería era paz, pero sabía que nunca en mi vida la tendría, principalmente porque no podía elegir si quería o no ser el heredero, tenía que cumplir con lo que la vida había decidido para mi, y la única forma de huir era... La muerte.

Había pensado incontables veces en la muerte, por más que mi padre decía que le tenía miedo, lo que más quería era morir.
Mi vida era un desastre, cuando pensaba en lo que significaba para el mundo sabía que un cero era más valioso que yo, porque un cero pasaba desapercibido, en cambio yo estaba dedicado a joderle la vida a cientos de personas, entre los cuales muchos eran menores de edad.

Please Use Me Like A Drug - Choi Yeonjun TXT  [EN EDICIÓN Y CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora