Díez.

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Habíamos extendido una sábana en el pasto que estaba detrás de la casa, había una vista increíble a las estrellas.

Cada luz tintineante parecía tener vida propia, en este punto de la ciudad apenas había contaminación lumínica por lo tanto podía tener una vista hermosa.

Los dos estábamos acostados boca arriba, Yeonjun estaba a mi lado fumando un cigarrillo, si el día de ayer me hubieran dicho que estaría en la madrugada mirando ls estrellas con el hermoso chico que vende drogas en la universidad, me hubiera reído a carcajadas.

Aunque a este punto ya no sabía ni siquiera que hora era.

—¿Puedo preguntarte algo? —Pregunté apoyándome sobre mis codos.

—Depende. —Dijo Yeonjun soltando humo por sus labios. —¿Qué quieres preguntar?

—Solo son un par de cosas. —Dije.

Ya mi cuerpo se había acostumbrado a la fría brisa que desordenaba mi cabello, aún así tenía puesta la chaqueta que me había dado Yeonjun.

—Es injusto que me preguntes "Un par de cosas" cuando yo ni siquiera sé tu nombre. —Dijo el alzando un ceja.

Era cierto, nunca me presenté ante el.

—Tu tampoco haz preguntado mi nombre. —Giré los ojos y me volví a acostar en el suelo. —Yo te preguntaré algunas cosas y después te diré mi nombre, ¿Vale?

Yeonjun soltó una pequeña risa.

—Me parece un trato muy injusto. —Dijo el, Giró su cabeza para que su mirada se encontrara con la mía, el chocar de sus ojos con los míos me puso los nervios de punta, haciendo que la sangre corriera a mis mejillas, gracias a dios que era de noche y no me podía ver sonrojada.  —Pero me parece que no tengo elección.

Tomé aire repetidas veces tratando de relajarme, el efecto de la cosa que me había dado ya había pasado un poco, pero seguía aturdida y desconcertada.

—¿Tú consumes de lo que vendes? —Dije de un tirón.

—¿Perdón? —Dijo el, la pregunta parecía haberlo tomado desprevenido.

—Que si consumes... Tú sabes, drogas. —Dije jugueteando con mis dedos y mirandolos únicamente a ellos, pero mis oídos estaban atentos a la voz de Yeonjun.

—No, no lo hago, lo he hecho pero... Evité caer, ¿si entiendes?—Dijo tranquilamente, pero parecía un poco incomodo hablando del tema. —Mis padres llegaron a saber que consumí drogas, y tuvimos una larga charla sobre eso.

Un pinchazo apretó mi pecho, imaginarlo drogandose me hacía sentir mal, en todo caso yo estaba bajo los efectos de algo y no lo podía recriminar.

—¿Tus padres saben que vendes drogas? —Pregunté extrañada, ningunos padres podrían solo saber que su hijo esta metido en cosas ilegales y peligrosas y estar tranquilos por la vida.

—Preferiría no hablar de eso. —Dijo él, dejándome intrigada.

Yeonjun apagó la colilla de su cigarrillo en el cesped y lo lanzó lejos de nosotros.

—¿Por qué fumas? —Pregunté.

—Buena pregunta. —Respondió.

—No estás dando respuesta a nada de lo que estoy preguntando. —Me quejé.

—Pregunta algo más sencillo, no seas tan filosófica. —Dijo el, girando sus ojos, la expresión le hacía ver increíblemente atractivo.

—Esta bien, eres asiático, ¿No? —Pregunté.

Please Use Me Like A Drug - Choi Yeonjun TXT  [EN EDICIÓN Y CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora