Dos.

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¿Qué diablos tenía en la cabeza?

Estaba en una fiesta en medio de la nada, semi borracha, a dos metros de un oscuro bosque profundo, con un total desconocido que acababa de llamarme chica linda y buena con un tono muy amenazante como si de una fiera a punto de atacar a su presa se tratase... O por lo menos así me sentía, totalmente intimidada.

—Y-yo...—Tartamudeé buscando las palabras en mi cabeza. —Estaba buscando a mi amiga, vine con ella y de pronto solo desapareció.

Me miraba fijamente, su rostro parecía serio pero podía sentir que estaba ligeramente sonriendo.

—Quizá la he visto, ¿Cómo es?— De pronto su voz sonaba más ronca, seguía susurrando para ambos.

Me di cuenta de lo realmente cerca que estábamos y la sensación que causaba en mi no me permitía moverme.

Sentí una mano helada tocar mi brazo dando un fuerte jalón.

—¡Kat! ¿Dónde diablos estabas metida?—La voz de Beth me hizo regresar a la realidad mientras sostenía mi brazo. Miró de forma despectiva al chico que estaba frente a mi, parecía estar muy tensa ante su presencia. —Pensé que me esperarías dónde te dejé.

Me relajé al ver que Beth había aparecido, fue como si no hubiese respirado desde el momento en el que me conseguí frente al chico y finalmente el aire entraba en mis pulmones.

—Te estaba buscando, traté de seguirte y llegué aquí. —Sentí un hormigueo por mis manos, mi voz se oía lenta.

—Es mejor que nos vayamos. —Sentenció ella.

Beth me jaló del brazo para llevarme en dirección contraria. Volteé mientras estaba siendo arrastrada, el chico seguía ahí, caló humo de su cigarrillo y lo botó nuevamente de sus labios, por un segundo nuestras miradas conectaron y era como si no se pudiesen separar, hasta que el hizo algo que me dejó mas impactada de lo que ya estaba.

Me guiñó el ojo.

Sentí como mi corazón subía desde mi pecho hasta mi garganta y volvía a bajar, batiendo todo mi cuerpo con fuertes látidos.

¿Realmente me había guiñado el ojo o solo estaba alucinando por el alcohol en mis venas? Tampoco estaba tan borracha para eso, y estaba muy oscuro para asegurar que eso era lo que realmente había pasado.

No sabía lo que ese chico tenía pero me ponía los pelos de punta, los nervios recorrían mi ser, ¡Y ni siquiera pasé cinco minutos junto a el!

Me daba miedo, pero era fascinante.

Vi como su alta y delgada silueta cubierta por una chaqueta de cuero negra se alejaba adentrandose al bosque, cuando volví mi cabeza ya estabamos dentro de la estructura dónde se celebraba la fiesta, Beth seguía delante de mi sin soltarme en ningún momento, lucía molesta y no parecía mostrar razón alguna.

Me siguió llevando hasta llegar a otra salida que daba al lado izquierdo de la estructura.

—¿Hacia dónde vamos? —Pregunté.

—Vamos a un baño. —Dijo en tono molesto.

No podía entender que le ocurría, primero me dejaba sola rodeada de gente, y después se molestana conmigo por haber salido a buscarla.

Caminamos durante un par de minutos más hasta llegar a una especie de casa de campo de color rosa, tres chicas se ubicaban al frente de esta, dos de ellas vestidas con minúsculos vestidos, y otra a diferencia vestida con anchos pantalones negros y un sueter de capucha que decía "Converse" en letras blancas haciendo que su apariencia contrastara en absoluto con las otras dos. Lo que más resaltaba era su brillante cabello color verde neón con negro.

Please Use Me Like A Drug - Choi Yeonjun TXT  [EN EDICIÓN Y CORRECCIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora