Capítulo 6

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Después de unas horas de descanso, mi mente está clara y alerta, y mi estado de ánimo es razonablemente bueno. Estoy más segura de lo que nunca estaré. Pero primero tengo que arreglar algunas cosas. Mi familia, por ejemplo. Sé que no sufrirán, porque no tendrán recuerdos de mí. Pero la recordaré y será doloroso. Me levanto de la cama, con más buena voluntad de la esperada. Quiero vestirme y salir. El espejo me devuelve la imagen desastrosa de mi rostro: una máscara con una enorme nariz blanca en forma de pico, ojeras debajo de los ojos y el labio superior hinchado. No importa. Ahora que sé por qué soy así, ya no me importa. Quiero abrazar a Jenna y Lina mientras aún saben quién soy. Con Evan, no hay esperanza. Aunque pueda parecer solo un juego de palabras, tal vez desde lejos encuentre la manera de acercarme.

Cuando salgo de la habitación, encuentro a Jenna y Lina frente a la puerta principal. Mi hermana tiene su mochila escolar.

- Hola Alma. ¿Por qué estás vestida así?

-Voy a salir.

-No, el doctor dijo...

-Estoy mucho mejor. Y el recuerdo está empezando a volver. Necesito recuperar mi vida. Necesito ir a la escuela, ver a mis amigos —digo. Sin darme cuenta, dejé escapar dos lágrimas.

Pero Jenna se da cuenta.

- ¿Por qué sufres tanto, hija mía? —pregunta, riéndose de mí.

Me gustaría decir la verdad, pero no puedo. Y, de todos modos, no lo creería. Es probable que tu memoria ya haya borrado a Morgan. Pero no la mia. Ni siquiera pude intentarlo.

-Crisis adolescente. ¿Qué puedo hacer? - Respondo.

Logro cerrar el asunto, pero dejo que me abrace. Sé que será una de las últimas veces. Mi hermana se ve rara. Por un momento, vuelvo a tener la impresión de que sabe mucho más de lo que demuestra. Veo un brillo consciente en el secreto de sus ojos de niña. Transmite una tranquilidad que solo los sabios poseen.

Ojalá pudieras darme al menos algo de esa paz. Pero es imposible. Soy una heroína que ha llegado al punto más difícil de su aventura: aquel en el que pierde sus afectos, su hogar, todos sus refugios y se prepara para la batalla final.

- Está bien. Ven, te llevaré

-No es necesario, voy sola. Quiero que éste sea un día como cualquier otro. Como si nada hubiera pasado.

- ¿Pero estás seguro de que recuerdas el camino?

- Lo recuerdo. Como dije, las cosas están empezando a volver a mi mente.

- Correcto. Es una gran noticia. Puedes irte entonces, pero si te sientes mal, llama y te recogeré. ¿De acuerdo?

-De acuerdo.

Justo antes de irse, se da la vuelta y dice:

-Fue una mala caída, cariño. Pero estoy segura de que pronto estarás como nueva.

Sus palabras me asustan. Así que es verdad: no recuerdas que nos atacaron. El Leviatán borró cada detalle de su memoria: ¡Morgan el Nonato, todo! Y ahora piensas que solo fue una caída. ¿Y qué será de mí pronto? ¿Seré borrada de tus recuerdos? Esta simple idea causa una enorme angustia. Todo lo que pensaba que era normal y correcto, cada pedacito de mi vida cotidiana se me escapa entre los dedos como granos de arena. Bueno, me avisaron. Ahora es demasiado tarde para dar marcha atrás. Aquellos que pueden ver más allá del velo superficial ya no pueden pretender que todo está bien. ¿Y Morgan? Si Jenna se olvidó, solo hay una explicación: está muerto.

Observo a mi mamá y a Lina cerrar la puerta y salir de la casa. No creo que Evan este tampoco. No escucho ningún rumor proveniente de su habitación. Giro el pomo para echar un vistazo. No lo está, pero el lío sigue ahí, como de costumbre. Esta vez no siento desprecio, sino una mezcla de ternura y nostalgia por sus ropas amontonadas en un rincón como trapos olvidados, por las carátulas de los CD abiertas en el suelo como si esperaran ansiosas la devolución de su contenido, por la guitarra, colorida y brillante, la única que tiene prestigio con el dueño de la pieza. Todo lo que pertenece a Evan me evoca algo parecido al afecto, una palabra que siempre ha significado solo debilidad pero que se ha convertido en sinónimo de familiaridad. Tuve que descubrir que no tenía pasado para entender mi presente. Espero que algún día pueda aprender a amar a mi hermano.

Luz (Luce) Trilogia My LandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora