Capítulo 50

16 0 0
                                    

¡No consigo respirar! ¿Qué está pasando? No me llega oxígeno a los pulmones, solo... ¡agua! Con un gran esfuerzo, me levanto y empiezo a aspirar aire con avidez. Me doy cuenta de que estoy inmersa en un mar en calma. La mirada se pierde en un horizonte borroso, en el que el aire y el agua se mezclan, se confunden en una nada sin esperanza.

No hay olor, ni sabor, ni color. Los sentidos no tienen estímulos, el oído solo capta un silencio sordo, roto por un sonido lejano de agua. Siempre y solo agua.

Está bien, estoy en My Land.

Empiezo a vagar sin rumbo fijo. No veo nada más que el gris que me rodea. Moverse es difícil. No tengo piernas ni brazos, ni cuerpo para mover. Soy espíritu puro, tengo la consistencia de un gas.

Estoy avanzando cuando noto un nuevo rumor, muy cerca de mí, justo frente a mí. Una masa de agua sobresale del interminable lecho plano. La masa se mueve, se retuerce, sube y vuelve a caer, emitiendo un débil gemido que suena como el zumbido de un gran cetáceo.

- ¿Quién eres tú? - Pregunto.

Ninguna respuesta.

El agua continúa fluyendo, dibujando líneas precisas y dibujando una especie de rostro, que se deforma y reforma continuamente.

Cambio de dirección para intentar avanzar. Pero la masa toma una nueva forma frente a mí.

- ¿Puedo saber lo que quieres? - Pregunto con más insistencia.

- No de esta manera - dice la forma de agua de repente. Es una voz de mujer, débil y distante. Mirando más de cerca, veo el contorno de un rostro femenino. Dura un segundo y todo vuelve a desmoronarse y luego vuelve a juntarse. Es una imagen de facciones vibrantes y en eterna transformación.

- ¿Quién eres tú?

- Solo un alma como tú. Prisionera.

- No soy una prisionera. Puedo salir de aquí.

- No si continúas en esa dirección. Ve al Atrio.

El Atrio. Es un lugar que Morgan ya había mencionado, hace mucho tiempo. Aquí es donde Leviatán reúne nuevas almas capturadas. Tal vez encuentre a Morgan allí.

- ¿Por qué no puedo ir?

- Está allí ahora. Definitivamente te capturará.

- Estoy buscando un alma. Su nombre es Morgan. ¿Sabes dónde encontrarlo?

- ¿Qué quieres con él?

- Necesito discutir algunos asuntos, cosas muy extrañas están pasando en la tierra. Tal vez él pueda ayudarnos. Pero ¿por qué tantas preguntas? ¿Quién eres tú? - Insisto.

En ese momento, el agua comienza a girar a gran velocidad, en un remolino que salpica hacia arriba. No salgo del lugar. No tengo miedo. Luego vuelve a calmarse y su rostro vuelve a aparecer, más claro que antes. Tiene ojos grandes y cabello largo y lacio. O al menos eso es lo que parece.

- Soy Ariel.

Esas palabras me dan escalofríos.

- Ariel, ¿esa Ariel?

- Sí.

- ¡Oh mi Dios! Soy Alma, ¿me reconoces? Tienes que contarme todo. ¿Cómo estás? - pregunto, en un impulso repentino.

A menudo, compartir experiencias dramáticas une a personas que nunca se gustaron.

- Esto es el infierno, Alma. No hay fuego, solo agua, pero quema aún más. Es solo desesperación y resignación.

- Pero estás peleando, ¿no es así?

- Estamos, somos más o menos una docena de almas que intentamos enfrentarlo. Pero Él es poderoso.

Luz (Luce) Trilogia My LandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora