- ¿Puedes pararte?
Adam tiene un feo moretón en la frente y uno en el pómulo. Lentamente, apoyándose en mí, se pone de pie. Se agarra el estómago con la mano y le tiemblan las piernas, pero logramos llegar a una pequeña fuente no muy lejos de nosotros. Limpio su rostro, enjuagando los ojos que finalmente logra abrir.
Intenta hablar, pero empieza a toser y de repente escupe algo. Es un diente
- Oh, Adam, lo siento, pero tengo que buscar a Lina... ¿Esperas aquí? - pregunto, ayudándolo a sentarse en la pared de la fuente.
- Por supuesto... Puedes irte. En cuanto me recupere te ayudaré.
No espero a que se repita y corro hacia la callecita donde vi desaparecer a mi hermana.
- ¡Lina! - Empiezo a gritar.
La calle está desierta, flanqueada por casas con rejas o cercas. No puede haberlas saltado. ¿Puede?
Sigo adelante, cada vez más preocupada y nerviosa, consciente de que los Nonatos pueden haber encontrado a Lina antes que yo. ¿Cómo puedo permitir tal cosa?
Necesito calmarme. Aún no ha pasado nada, y mi corazón tiene la esperanza de que Lina esté a salvo, escondida en algún lugar esperándome.
Tomo un callejón a la derecha que conduce a un parque infantil, de esos que son como un pequeño punto verde en medio de los edificios de cemento en los barrios residenciales.
La puerta está un poco más baja que yo.
Ahí están los juguetes, inmóviles, descansando después de haber recibido a cientos de personas en otra jornada de prisa frenética. Un tobogán, dos balancines, un cubo de escalada, una casa de gnomos... Al menos eso es lo que puede iluminar la lámpara más cercana en medio de la oscuridad. Solo se ve la parte más cercana de la calle. El resto fue tragado por la noche oscura e impenetrable. Tal vez Lina se escondió allí.
No hay nadie y las ventanas son pocas y distantes entre sí.
- ¿Lina? - Vuelvo a llamar, sin éxito.
¿Dónde te habrás metido?
Tampoco hay señales de los No nacidos. Deben estar débiles, seguro, pero han encontrado la fuerza para huir.
Salto a través de la puerta con facilidad y entro al patio de recreo. Camino con cuidado, mirando a mi alrededor. Sólo encuentro silencio, roto de vez en cuando por el ladrido de un perro. Pero mis pasos resuenan claramente en la noche vacía.
Tan pronto como entro en la zona oscura, tengo que parar para que mis ojos se acostumbren.
- Lina, ¿estás aquí?
Ninguna respuesta.
Avanzo lentamente, con los brazos cruzados sobre el pecho. La temperatura parece más fresca. Veo árboles frondosos que ocultan la lucecita de un cielo sin luna y pequeños macizos de flores cuyos bordes desaparecen en la opresiva oscuridad de la noche.
Ni rastro de Lina.
Camino, un paso tras otro, hasta que tropiezo con algo. Miro hacia abajo y me estremezco: es un cuerpo. Con la falta de luz, es difícil ver bien, así que me acerco con cautela. Tan pronto como lo reconozco, salto hacia atrás y termino cayendo al suelo asustada.
¡Es la Nonato! Parece inconsciente.
Debe haber perdido mucha sangre, creo. Temblando, estiro la mano, toco la manga de su camisa y me estremezco. Pero nada pasa. La niña no se mueve. Lo intento de nuevo, con más decisión.
ESTÁS LEYENDO
Luz (Luce) Trilogia My Land
Fantasy¿Cómo reaccionarías si descubrieras que no eres completamente humano? ¿Qué peligros estarías dispuesto a enfrentar para amar y ser amado? Descubre con Alma que no hay límites en la búsqueda de la paz y la felicidad. MY LAND: un mundo paralelo y acuá...