Capítulo 18

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Roth está hablando animadamente con otro periodista, justo afuera del pasillo, su cuaderno en una mano y una pequeña grabadora en la otra. Su interlocutor tiene una enorme cámara colgada del cuello y no parece estar de acuerdo con lo que dice Roth.

- ¡No así no! Si hacemos la historia, quiero exclusividad, de lo contrario, ¿cuál es el punto? ¡O garantizas una exclusiva o nada!

En ese momento Roth me ve pasar.

- ¡Hola Alma! No puedo creerlo, ¿eres tú? - pregunta, sorprendido, como si estuviera hablando con mi sombra. Entonces sonríe. No parece alguien que acaba de perder a su hermana. Probablemente ya no lo recuerde. ¡Que tristeza!

- Oye. Cuanto tiempo...

- Pensé en llamar, pero he estado tan ocupado en la oficina que...

- No tienes por qué pedir disculpas. Yo tampoco te busqué - observo.

- Claro, pero... ¿Cómo estás? ¿Sufriste un accidente? - pregunta, mirando mi nariz.

- Bueno, me caí. Pero ya casi estoy bien.

La versión de siempre, que al fin y al cabo es la que menos preguntas suscita.

- Escucha, Roth, tengo que irme - interviene el fotógrafo. - ¿Y entonces? ¿Tenemos un trato o no?

Serio, responde:

- Sí, lo hacemos, pero no le digas una palabra a nadie o la gente del periódico me matará.

- Seré tonto como un pez.

Se aleja, desapareciendo entre la multitud.

- ¿Estás aquí por el último asesinato? - Pregunto.

- Si. Quiero entrevistar a Sarl. Debería recibir el informe forense actualizado en unas pocas horas. Una historia horrible. Un doble homicidio esta vez.

- Creo que el escultor era el objetivo, la chica estaba en el lugar equivocado.

- ¿Tienes alguna información de primera mano?

- No, solo estaba hablando con Sarl.

- ¿Para el periódico de la escuela? Empiezo a pensar que el teniente te da más información que a nosotros los periodistas. Aparentemente, se prefiere su conexión...

- Él es amigo de mi madre – lo interrumpí. - Por eso me estás ayudando. Pero no dice nada que no esté ya en los periódicos, te lo aseguro. ¿Estás bien?

- Todo va bien excepto un esguince de muñeca jugando al squash.

De repente, decido ser muy directa.

- Escucha, Roth, ¿tienes una hermana llamada Ariel?

- Ariel, déjame pensar... ¡No lo creo! - responde, riendo.

- ¿Estás seguro?

- ¿Qué te pasa, Alma? Si tuviera una hermana, no lo olvidaría, ¿verdad?

- Por supuesto. Lo siento, pregunta estúpida.

Roth sonríe.

- ¿Pero por qué la pregunta? ¿Hay alguna belleza tratando de hacerse pasar por mi hermana?

- No, es una chica que dijo que tenía un hermano periodista y pensé que podrías ser tú.

- No faltan periodistas en esta ciudad. De todos modos, gracias por pensar en mí. Me halaga. ¿No quieres salir conmigo esta noche?

- No te tomas un descanso, ¿verdad?

Se encoge de hombros.

- Es mi camino...

Luz (Luce) Trilogia My LandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora