Capítulo 48

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Cuando Cleo y yo entramos en la casa, son casi las ocho. Esperándonos, no hay voces ni mesas puestas para la cena. Sólo el más absoluto silencio.

Cruzamos el pasillo hacia la sala de estar, que conduce a la cocina. Lina está sentada a la mesa, frente a un plato de albóndigas con verduras y un vaso de agua.

Nada más vernos, sonríe y agita la mano, en ese típico gesto infantil que despierta ternura en todos.

- Hola hermanita. ¿dónde está mama?

Le acaricio el pelo, como de costumbre. Señala con su dedo índice, pequeño y suave, en dirección a la habitación.

- ¿Estás en su habitación?

Lina lo confirma.

- Todavía se siente mal.

De acuerdo de nuevo.

- Espera aquí, Cleo. Voy a ver cómo está.

La puerta del dormitorio de Jenna está entreabierta. Asomo la cabeza por la abertura para mirar. Todo oscuro.

- ¿Jenna? - La llamo. - ¿Cómo estás?

- Puedes pasar - responde ella con voz fina.

Entro dejando la puerta abierta para que entre algo de luz.

- ¿Tienes dolor de cabeza otra vez?

- Si.

- Lo siento mucho. Sé muy bien cómo es.

- Incluso hablar es difícil.

- ¿Necesitas algo?

- Mira si Lina comió bien.

- Ya casi había terminado, no te preocupes.

- ¿Dónde has estado?

- Tuvimos una cita con unos amigos.

Silencio.

- ¿Cual? - pregunta a continuación, en un tono cansado.

- Agatha, en realidad.

Silencio.

- ¿No está en el hospital psiquiátrico?

- No, ya la han trasladado a un instituto de menores huérfanos.

Silencio.

- Le devolví el gato - agrego.

Más silencio.

- Lo hizo bien, pero lo vamos a extrañar.

- Él está en su lugar ahora. Siempre debemos estar en nuestro lugar.

Después de esa frase, ella enciende la luz. Entrecierra los ojos. Me doy cuenta de que quiere examinar mi rostro. Está muy pálida, como si no hubiera dormido en días. Debe ser muy malo.

- Algo anda mal, ¿no?

- Nada - digo, tratando de ser convincente.

- Ya no te ves igual. Estás diciendo algunas cosas extrañas. Estas siempre atrapada con esa chica, Cleo. ¿Todavía está aquí?

- Sí, pero mañana te vas a casa.

- ¿Es cierto?

- Así mismo.

- ¿Ha mejorado la madre entonces?

- Es lo que parece.

- Excelente.

- Toma un descanso. Voy a comer algo con Cleo y nos vamos a dormir. Mañana va a ser un día largo.

De hecho, pienso en la noche infinita que me espera. Pero eso es parte de las cosas que tengo que guardarme para mí. Cómo desearía poder buscar consuelo en los brazos de Jenna, cómo desearía poder ser como cualquier otra hija de mi edad. Pero yo no soy como los demás. Por ahora.

Luz (Luce) Trilogia My LandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora