16. Miradas.

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Narra (TN)

Estaba en la habitación de John, platicábamos de su banda. Era un poco extraño porque casi nunca hablaba conmigo de eso, pero esta vez había decidido hacerlo.

—Los chicos no aceptan al nuevo guitarrista —me contó—. Yo pienso que se les pasará, espero que se les pase, porque ese chico es bueno, es muy talentoso a pesar de que es pequeño.

— ¿Cómo dices que se llama? —le pregunté.

—George Harrison —me respondió—, asiste a la misma escuela que Paul, ya sabes, el Instituto Liverpool, pero va un en un grado inferior.

Asentí lentamente, no había escuchado de ese chico antes.

—George es casi de tu edad —me confesó—. Cabello castaño oscuro y ojos marrones. Es un niño, pero sabe tocar la guitarra y a mí me pareció agradable.

— ¿Por qué yo no puedo estar en tu banda?

— ¡Porque somos The QuarryMEN! —exclamó haciendo mucho énfasis en la última sílaba—. Es una banda de hombres... de HOM-BRES, ya te lo he dicho muchas veces, hermanita. Soy capaz de darte todo, pero no esto.

— ¿Y no podríamos ser The Quarrymen and (TN)? —pregunté—. O quizá: (TN) and The Quarrymen.

John me fulminó con la mirada y gesticuló un "no". Puse los ojos en blanco y escuchamos que llamaron a la puerta. Nos acercamos a la escalera, pero Mimi abrió.

—Pasa, John está en su habitación —le dijo al visitante.

Volvimos al cuarto de John, sabiendo que el visitante llegaría ahí. Ambos nos sentamos en la cama mientras se escuchaban pasos afuera. Era Paul, con su guitarra en la espalda.

Cuando veía a Paul seguía sintiendo un cosquilleo en el estómago, pero era cada vez menor. Desde que me enteré de que tenía novia, lo había visto como a un amigo solamente.

—Hola (TN), hola John —saludó desde la puerta, justo antes de entrar.

—Hola —respondimos mi hermano y yo al unísono.

—Lindos anteojos —le dijo Paul a John, señalando sus lentes.

—Es mi estilo Buddy Holly —respondió John, sonriendo.

Esa era la excusa que John daba cuando alguien lo veía con anteojos. La verdad era que Mimi lo obligaba a usarlos, no que quisiera imitar a Buddy Holly. Paul no dijo nada.

—Dejando a un lado que soy tremendamente apuesto con anteojos estilo Buddy Holly —dijo mi hermano—, ¿qué tal te ha ido, cara de bebé?

—Pues...no me quejo —dijo—. Las cosas no dejan de tener altibajos en mi vida, pero estoy en una buena banda con chicos geniales y eso no es malo en absoluto, sino todo lo contrario.

John y Paul siguieron hablando de asuntos de la banda, me daba mucho gusto que mi hermano no me hubiese pedido que me fuera a otra habitación. Mis ojos se paseaban por los posters de Elvis que John tenía en su pared hasta que sentí que alguien estaba mirándome, volví la vista y advertí que era Paul, él desvió la mirada de inmediato. Entonces alguien llamó a la puerta de la casa.

— ¡John! —llamó Mimi desde el piso inferior—. Te buscan.

John se levantó y salió de su habitación, dejándome a solas con McCartney. Me miró directamente a los ojos y me puse un poco nerviosa.

—Y... ¿cómo has estado?—me preguntó Paul—. Tenemos mucho tiempo sin platicar.

—Bien —contesté seriamente, intentando aparentar que no me importaba en absoluto—. ¿Qué tal tú? ¿Cómo está Layla?

—Yo he estado muy bien —dijo—. Y en cuanto a ella...—se encogió de hombros—, no lo sé. Yo espero que se encuentre bien: ayer terminamos.

— ¿De verdad? —pregunté, haciendo un gran esfuerzo por no sonreír ampliamente.

Paul asintió. Parecía que estaba a punto de decir algo cuando John regresó con un chico más pequeño que él. Por las características del muchacho, supe que era el nuevo guitarrista de la banda de mi hermano.

—Tú debes ser el nuevo guitarrista —me atreví a decirle.

Asintió y me miró fijamente. Sus ojos eran oscuros, pero muy bonitos. Pasados unos segundos, me atreví a pensar que no quería apartar los ojos de mí. Paul le habló y él frunció el ceño antes de ver a McCartney.

— ¿Qué ocurre? —le preguntó a Paul.

—Sólo te saludé —respondió McCartney, y luego me miró—. Por cierto, ella es (TN). Ella...

— ¡Hey! —lo interrumpió John—. (TN) es mi hermanita, así que sólo yo tengo el derecho de presentarla. —Miró a George—. Mira, Harrison, te presento a mi hermana: (TN).

El chico volvió a mirarme y sonreí un poco.

—Hola, yo soy...Geo...George —dijo, sumamente nervioso.

Nuevamente no apartaba la vista de mí. Me mordí un poco el labio de manera muy discreta, no sabía por qué, pero me agradaba que ese chico me viera tanto. John aclaró su garganta y estrujó un poco a George.

—Harrison, deja de ver a mi hermana —le pidió.

—Eh...chicos, ¿qué les parece si salimos a dar un paseo? —sugirió Paul, con un tono de voz que indicaba que estaba haciendo un gran esfuerzo para que los demás no notaran su molestia.

Ellos aceptaron.

— ¿No quieres venir, (TN)? —preguntó George—. Yo...creo que sería divertido que...tú y yo...y ellos fuéramos a caminar. Podríamos ir por un helado.

Paul lo fulminó con la mirada, pero nadie en la habitación, además de mí, se dio cuenta. ¿Qué le ocurría a McCartney?

—Sí, hermanita —dijo John—. Sería divertido que vinieras.

—Pues...supongo que sí —dije, logrando que lostres sonrieran.    

Got To Get You Into My LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora