14. La chica.

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15 de diciembre

Narra (TN)

Mi mejor amiga había salido de viaje, por eso no había podido estar conmigo en mi cumpleaños. No obstante, había regresado hacía un par de horas y acordamos que dar un paseo para que le contara lo que me había pasado en los últimos días y ella me contara de su viaje. Sólo había dos personas en el mundo a las que les contaba todo: mi mejor amiga y John, aunque no hablaba de chicos con mi hermano mayor porque me había dado cuenta que le molestaba.

Escuché que llamaron a la puerta, pero fue Mimi quien abrió. Bajé inmediatamente, sabía que mi mejor amiga había llegado. Delgada, más alta que yo, cabello castaño oscuro y ojos verdes: reconocería a mi mejor amiga a kilómetros.

— ¡(TN)! —exclamó al verme y corrió para abrazarme.

Ya le había contado a Mimi lo del paseo con mi mejor amiga, pero consideré que no estaba de más recordarle.

—Mimi, voy a salir con April a dar un paseo, ¿está bien?

—Sí, está bien —me contestó—. No vayas a llegar tarde, por favor. —Miró a mi mejor amiga—. Saluda a tu madre de mi parte.

—Claro que sí, señora Smith.

La madre de April y Mimi habían sido muy buenas amigas desde que tenía memoria, ambas eran mujeres fuertes que protegían a su familia y les enseñaban lo que era correcto y lo que no. Pero mi mejor amiga, al igual que John y yo, no se dejaba influenciar demasiado.

Comenzamos a caminar, dirigiéndonos hacia Penny Lane. Siempre terminábamos ahí cuando necesitábamos hablar mucho porque, sin duda alguna, esa calle era un grandioso lugar para pasar el rato.

— (TN), de verdad lamento no haber estado contigo en tu cumpleaños —dijo April, cubriéndose la cara con ambas manos—. Perdóname, por favor.

—April, creo que es como la quinta vez que me lo dices —musité—. Y ya sabes lo que pienso al respecto: no pasa nada y no tengo nada que perdonarte; aunque, si lo que quieres escuchar de mí es eso: de acuerdo, te perdono.

Ella asintió con la cabeza.

—Quiero contarte algo que me pasó el día de mi cumpleaños —dije con un tono extraño—. No sé cómo sentirme al respecto, pero sí estoy muy afectada por lo que sucedió.

— ¿Es algo bueno o malo?

—No lo sé —contesté—. La verdad, no sé si sea bueno o sea malo. Creo que depende mucho la perspectiva de la que veas las cosas.

—Tiene que ver con un chico, ¿no? —me preguntó, alzando las cejas.

Asentí lentamente. A veces me preguntaba cómo podía adivinar las cosas con tanta facilidad, ¿o acaso era yo tan obvia? No creía que lo fuese. Tal vez April era una adivina sabelotodo.

Le conté todo lo que me había pasado con Paul, desde cuando lo conocí y lo llamé "patán", pasando por el helado que me invitó, hasta lo que sentí cuando vi a esa chica dándole un beso y a él abrazándola. Hasta ese momento, me había guardado todo el tema de "Paul" para mí, por lo que April se sorprendió mucho.

—No me habías contado de ese chico —dijo, haciendo una extraña mueca—. ¿Paul McCartney? Sí lo conozco. Tiene un hermano que se llama Michael, viven en Forthlin Road, ¿no?

—Sí, es él.

— ¿Te gusta Paul? —cuestionó, aunque más bien sonó como una afirmación—. Por todo lo que me has contado parece ser que sí.

—A ti no te puedo mentir —le dije, sintiendo cómo mis mejillas volvían a arder—. Creo que sí me gusta, ¿a quién podría no gustarle alguien así? Es lindo, educado ¡y hasta me regalo flores! Pero parece ser que ya hay "alguien más" en su vida.

Ella chasqueó la lengua y me miró negando con la cabeza.

— ¿Por qué no buscamos a Mike? —me sugirió—. Él es el hermano de Paul, él podrá ayudarnos a saber si realmente hay "alguien más" en la vida de su hermano.

— ¿Así de directas seremos? —le pregunté.

—Es eso o quedarte con la intriga —ella se encogió de hombros—. Mike es mi amigo, no será complicado sacarle la verdad sobre su hermano, créeme.

Sabía que ella tenía razón, así que después de esa conversación nos dirigíamos a la casa de Mike. Estábamos a unos pasos de la propiedad cuando vimos que Paul y la chica estaban afuera. Parecía que ella ya se iba, por lo que esperamos un poco y así fue: ella se alejó del lugar. Paul advirtió nuestra presencia y se acercó para saludar.

—Hola —saludó—. ¿Cómo están?

— ¿Nueva novia, Paul? —preguntó April con una gran sonrisa.

La fulminé con la mirada disimuladamente. Mi mejor amiga no era de las que le daban vueltas y vueltas al asunto, ella iba directo al grano. Pero en ocasiones como esa, creía yo, que se debía tener un poco de tacto. Se hizo un silencio algo incómodo entre los tres. McCartney la miró a los ojos.

—Pues...sí —contestó un poco nervioso, provocando que mi estómago se revolviera y sintiera que se me partía el corazón—. Me temo que Mike salió a dar un paseo en bicicleta, ¿lo buscaban?

Mi amiga sólo asintió lentamente, pero no estaba dispuesta a contestar la pregunta de McCartney.

— ¿Y cómo se llama?

— ¿Mi novia? Se llama Layla —dijo Paul.

—April, ¿por qué no regresamos? —sugerí—. De cualquier manera, Mike no está en casa.

Paul me miró tímidamente. A pesar de sus delicadas facciones, me parecía muy guapo y varonil. Si tan sólo no tuviera novia, quizá podríamos salir. Descarté la idea casi inmediato: era imposible que saliera conmigo, seguramente me consideraba muy pequeña para él. Pero eso no me hacía sentir feliz, sino aún más triste.

— ¿Por qué no se quedan a tomar un té? —propuso Paul—. Mike no debe tardar, se fue hace un par de horas.

— ¡No! —exclamé y luego bajé el tono—, es decir, no, no podemos. Mimi me pidió que regresara temprano, quizá en otra ocasión.

—Bueno, lo entiendo.

Nos alejamos de la casa de Paul con rapidez, no podía soportar estar un segundo más frente a él y su linda cara. April no dijo nada en el camino de regreso, y no me atreví a hacer ningún comentario. Mi primera ilusión, mi primera decepción.

—Oye, tranquila —me dijo April con tono entusiasta, cuando ya estábamos cerca de Mendips—. Él no es el único chico en Liverpool o en el mundo, ¡ni siquiera es el único en su casa! Ya encontrarás a alguien que valga la pena y que te quiera, amiga.

—Eso espero —contesté—, aunque sentía muy bonito pensando en Paul.

—Siendo honesta, Mike me parece más interesante que Paul, pero hablo por mí, claro.

Got To Get You Into My LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora