24. Freie und Hansestadt Hamburg.*

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*Ciudad libre y hanseática de Hamburgo. 

Narra John

El día había llegado y no me podía sentir más nervioso. Iríamos a una de las ciudades más increíbles de Alemania y del mundo. Era nuestra oportunidad para hacernos famosos, algo que realmente esperaba que pasara. Únicamente de esa manera iba a poder callar las críticas de Mimi, quien seguía diciendo que la música no me llevaría a ningún lugar. Sabía que no lo hacía por ser mala conmigo, pero

Sabíamos que el clima allá sería muy parecido al de Liverpool: húmedo y caliente, así que llevábamos la ropa que usábamos casi siempre. Estaríamos mucho tiempo, pero no era necesario cargar con tanto. Si hacía falta, podíamos comprar ropa allá.

Hermanita entró en mi habitación después de llamar a la puerta: llevaba puesto un vestido rosa que la hacía ver muy bonita y el cabello perfectamente arreglado. Ella me acompañaría a reunirme con los chicos para poder irnos.

—Todo listo, hermanita —le dije, con mucha emoción en mi voz, pues no era capaz de disimular cómo me sentía, ni siquiera frente a ella—. Iré a Hamburgo con mi banda...y...y...quizá nos hagamos famosos.

—Y me llevarás contigo a muchas partes —dijo, rodando lo ojos—. Ya me lo dijiste cientos de veces, John. Oye...George es menor de edad.

—Sí —le contesté con tranquilidad, sin darle mucha importancia—, ya nos encargamos de eso. Bueno, nuestro mánager se encargó de eso. Fue fácil: dijimos que George tenía un año más. Fácil.

— ¡¿Qué?! —exclamó—. ¡¿Intentarán engañar a las autoridades alemanas?! Van a tener problemas por eso, John. No está bien. Imagínate lo que pasaría si los descubren.

—Sí —le dije sonriendo—. Ya está todo previsto, hermanita. Los alemanes perdieron la guerra, no están prestando atención a cuestiones como la nuestra. Después de todo... ¿qué podrían hacer unos cuantos chicos de Liverpool?

—Más de lo que crees.

—Tal vez, pero ellos no lo creen —dije y le guiñé el ojo.

Cerré mi maleta, la tomé y suspiré profundamente. "Todo listo" y "saldrá bien" eran las únicas dos frases que venían a mi mente en ese momento. Estaba tan cerca de ir a Hamburgo, una ciudad lejana de Liverpool. Salimos de la casa y comenzamos a caminar rumbo al muelle.

Contemplaba los edificios de Liverpool, las tiendas, las casas, todo. Sabía que volvería, pero no podía explicarme a mí mismo qué estaba pasándome: me puse un poco nostálgico. Era la primera vez que saldría del país. Sin duda alguna no era para menos el ponerse así. Aunque tuve la oportunidad de haberlo hecho antes, claro, yéndome a Nueva Zelanda con mi padre, pero esa había sido una oportunidad que había rechazado demasiado tiempo atrás.

Llegamos al muelle y vi que los chicos ya estaban ahí. Todos. Me pellizqué y evité gritar por el dolor que yo mismo me causé. El paisaje seguía ahí, también ellos y yo. No era un sueño, de verdad estaba pasando.

—Hola —les saludé a todos.

—Hola, John ­—dijo el cara de bebé, pero su mirada no estaba fija en mí, sino en mi acompañante—. Hola, (TN).

Observé cómo Paul se acercaba a hermanita y... ¿la besaba? ¡¿Qué?! ¿Me había perdido de algo? Hermanita abrió los ojos demasiado, así que imaginé que tampoco se esperaba que McCartney hiciera eso.

— ¿Qué fue eso? —pregunté con un tono de voz molesto.

— ¿Qué cosa? —cuestionó Paul con esa voz de tonto inocente que tenía.

Got To Get You Into My LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora