38. John tiene problemas.

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Maratón Especial con motivo del cumpleaños de Sir Paul McCartney.

Parte 4/5


Agosto

Narra John

Y allí estaba, en aquel registro civil, a punto de contraer matrimonio. Brian, George, Paul y hermanita se encontraban ahí conmigo. Mimi no había querido asistir y había convencido a todos los demás miembros de la familia para que no asistieran. Hermanita fue la única que no cumplió su petición. No culpaba a mi tía; muy en el fondo, yo tampoco quería haber asistido. Cynthia también estaba ahí, obviamente.

—Tu corbata está un poco mal acomodada, Johnny —dijo hermanita, antes de acomodarla con delicadeza.

—Gracias, (TN).

—Debes saber que estoy muy feliz por ti, John —me dijo—. Cynthia es una buena mujer para ti. Tendrás felicidad en tu vida, ya verás.

Asentí y sonreí ligeramente. Lo cierto era que tenía miedo de casarme, aún no estaba listo para ese gran paso, pero quería ser responsable. Los demás me habían dicho que no debía hacerlo por obligación, pero ¿cómo iba a dejar a Cynthia así? Parte de la culpa era mía, no podía abandonarla. Y no podía dejar de lado el hecho de que yo la amaba demasiado.

—Todo estará bien, John, ya verás —dijo Paul, antes de abrazar a hermanita por la cintura—. Una vida de casado no suena tan mala: estarás siempre junto a la persona que amas y vas a tener a un mini John corriendo por la casa.

— ¿Por qué no te casas tú, entonces?

Hice que hermanita y Paul se sonrojaran y me reí un poco. Me di cuenta de que era la primera vez que reía en el día. ¡Gracias, McCartney! Me sentí mejor por alegrarme un poco en un momento tan tenso como este.

—Flashback—

Ese día saldría con Cynthia, pero a diferencia de las otras veces, sería yo quien fuera hasta Hoylake. Me había llamado y me dijo que tenía que decirme algo importante. Le pedí que me diera más detalles, pero ella insistió en que debía hacerlo personalmente. Acepté a regañadientes.

Tomé el tren hasta Hoylake, fui hasta su casa y llamé a la puerta. Me abrió su madre y me dirigió una sonrisa. La familia de Cynthia siempre me vio como alguien agradable, aunque mi aspecto gritase que era una mala influencia para una de las mejores estudiantes de la escuela; pero las cosas se habían complicado un poco cuando su madre y Mimi se habían conocido.

—Buenos días —saludé, intentando ser cortés.

—Cynthia vendrá en un momento, John —respondió y se fue sin siquiera invitarme a pasar.

Esperé afuera. Mi novia no se tardó mucho. Cuando me vio, me abrazó y yo le di un beso en su cabeza. Me encantaba verla con el estilo Bardot. Me miró y pude notar cierta tristeza o preocupación en sus ojos. Sin embargo, no quise preguntar qué le ocurría todavía.

— ¿Nos vamos? —cuestioné con una sonrisa.

—Sí —dijo ella.

Caminamos por las calles de ciudad. Normalmente a ella le gustaba ver los vestidos y los zapatos de las tiendas, aunque no pudiéramos permitirnos comprar algo así, pero ese día no lo hizo; se limitó a permanecer caminando a mi lado sin decir nada y sin voltear a ver los aparadores. Supe que algo andaba mal.

— ¿Ocurre algo? —le pregunté.

—No, nada —dijo ella casi en un susurro.

Vi que sus ojos se estaban llenando de lágrimas. ¡¿Qué pasaba!? ¡¿Por qué diablos no me quería decir nada!?

— ¿Qué es ese asunto importante del que me querías hablar?

Agachó la mirada. ¡Oh! Así que ese "asunto importante" era lo que andaba mal. Supuse de inmediato que iba a terminar conmigo, lo cual me provocaba sentimientos encontrados. Nuestra relación no había sido muy buena, pero de todos modos la quería muchísimo.

—John...yo...estoy embarazada.

Se me heló la sangre y me sentí mareado por un momento. Eso no estaba para nada bien. La situación era grave, demasiado grave. Mimi iba a matarme en cuando se lo contara.

—Mi familia dice que vamos a tener que casarnos para que no me critiquen, ya sabes, la gente es mala.

Eso también explicaba por qué su madre no me había invitado a pasar cuando fui por ella: creía que era un patán que dejaría a su hija en ese estado. Y supuse que Cynthia también creyó eso, ¿por qué se había puesto tan mal si no lo pensaba?

—Está bien —dije—. No tengo problema con eso.

—No quiero que lo veas como una obligación.

—Cyn, te amo y amo a nuestro bebé —afirmé, sintiendo seguro por primera vez en nuestra cita—. Quiero casarme contigo.

—Fin Flashback—

Al mismo tiempo que habíamos hecho los apresurados preparativos para la boda, la popularidad de la banda estuvo aumentado. Brian, a quien Cynthia y yo habíamos elegido como nuestro padrino de bodas, temía que nuestras fans perdieran el interés por la banda si llegaran a saber que me había casado, así que nos pidió que mantuviéramos nuestro matrimonio y también a nuestro próximo hijo o hija en secreto. Cynthia aceptó. A mí me fascinó la idea, porque así podría tener una vida de soltero, estando casado.

Pues bien, el temido día de la boda había llegado. La ceremonia dio comienzo y casi media hora después yo estaba a punto de firmar el acta de matrimonio. Dudé un poco. Todos me miraban con atención. Y luego vi a Cynthia con una sincera sonrisa en su rostro: estaba haciendo lo correcto.

Estampé "John Lennon" en el papel y suspiré profundamente.

Todo estaba hecho. 

Got To Get You Into My LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora