61. Llamadas telefónicas.

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3 de marzo

Narra Paul

Apenas habíamos pasado unos cuantos días lejos y ya extrañaba demasiado a mi novia. No podía negar que lo divertido que era estar en la playa con los chicos, pero no era lo mismo sin (TN). Deseaba que el tiempo transcurriera más rápido para poder verla de nuevo.

En más de una ocasión había querido comunicarme con ella, llamarla para escuchar su dulce voz; pero justo cuando estaba a punto de marcar el número me preguntaba qué pensaría Mimi si supiera que su "sobrina" estaba saliendo con un chico que tenía novia. Al final, volvía a colgar el teléfono, esperando que de ese modo (TN) no tuviera problemas con su tía.

—La extraño demasiado —susurré, dejando el teléfono en su lugar.

— ¿Y por qué no la llamas? —preguntó John en tono burlón—. Has estado descolgando y colgando el teléfono, parece que no estás siendo muy valiente, Macca.

—Es que ustedes me han contado cómo es Mimi y yo no quiero causarle problemas a (TN) —suspiré con pesadez—. Se supone que Jane es mi novia, no (TN); así que no tendría motivos para llamarla. Además, si Mimi contesta el teléfono, podría pensar que algo malo te pasó; tampoco quiero eso.

—Creo que tienes razón.

Mi mejor amigo se levantó de la cama para ir a descolgar el teléfono con pereza, sabía que estaba cansado. Lo observé marcar un número y colocarse la bocina en la oreja.

— ¿Qué haces? —cuestioné, pero no obtuve una respuesta.

—Hola —dijo John al teléfono, intentando sonar animado—. Muy bien, ¿y tú? Sí, yo también te quiero y te extraño. Te visitaré muy pronto, es una promesa. ¿Está hermanita por ahí? Gracias, Mimi.

Mi rostro no demostraba otra cosa que no fuera una gran emoción. Si hubiera tenido una cola de perro, estaría meneándola en esos momentos. John me miró con una gran sonrisa y me dio el teléfono, sabía lo importante que era para mí. Lo acerqué a mi oído con un poco de temor. Esperaba que contestara.

— ¿Y ahora qué quieres, John? —reconocí la voz de mi chica.

—No grites mi nombre, pero no soy John —dije en tono burlón, ella soltó una breve risa también—. Te extraño mucho, preciosa.

—Y yo a ti, muchísimo.

Suspiré, encontrando el hecho de que ambos sintiéramos lo mismo como algo sumamente mágico y especial.

— ¿Qué tal todo, mi amor? —le pregunté, jugando con el cable del teléfono para calmar mi emoción—. ¿Nadie te ha hecho daño?

—Todo ha estado excelente por acá —me respondió, casi podía ver la sonrisa que tenía en su rostro—. Mimi y April no dejarían que algo me pasara. Por cierto, Thomas fue quien me trajo hasta Liverpool.

—Ese idiota... —bufé con molestia.

—No te enojes —me pidió—. Él es un buen amigo y, como también es parte del elenco de la película que estamos filmando, se ofreció a hacerlo. —Hizo una pausa—. ¿Sabes? Quería ver si podía librarme antes de la filmación, para ir a verlos y pasar unos días con ustedes en las Bahamas, pero todavía nos faltan muchas escenas.

— ¿Entonces no vendrás?

—No —musitó con tristeza—, todo parece indicar que nos veremos hasta que ustedes regresen de Austria, aunque podría ser antes, todo depende de la filmación. Por cierto... ¿por qué no me habías llamado?

—Creí que podía causarte problemas con Mimi —le confesé, sintiéndome como un verdadero cobarde—, sé que es una persona muy recta y no sé si le parece que un muchacho que tiene novia esté coqueteando con su sobrina.

Got To Get You Into My LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora