Una semana después.
Narra John
Mis tíos habían hecho hasta lo imposible por encontrar a la familia de (TN), pero ninguna persona en Liverpool conocía a sus padres. Habían buscado en todos los suburbios, sin importar si eran de clase alta o baja, pero nunca regresaron a casa con algún resultado prometedor: (TN) parecía haber salido de la nada.
Y eso no hacía otra cosa que no fuera alegrarme.
Ella, por su parte, seguía encontrando un poco difícil adaptarse a Liverpool; así que yo me encargué de mostrarle la ciudad y presentarle a mis amigos de la escuela. Solía montarme en la bicicleta, con ella sentada en la parte de atrás, y llevarla a todas partes. Las palabras que decía, cuando uno de mis compañeros de escuela abría la puerta, eran siempre las mismas, igual que sus reacciones.
—Ella es (TN), mi hermanita.
— ¿Tu hermana? —me preguntó Peter Shotton, uno de mis mejores amigos—. No conozco a tu hermana Julia, pero sé que es apenas una bebé, así que esta chica no puede ser tu hermana.
—Sí es mi hermana, Pete —contesté a la defensiva—. ¿Verdad que eres mi hermana, (TN)?
—Sí, lo soy —respondió ella de forma tímida.
—No lo sé, John —contestó, encogiéndose de hombros—. No se parece mucho a ti tampoco, así que...necesitas hacer más cosas para poder convencerme. Ella ni siquiera habla con nuestro acento.
Noté la incomodidad de (TN) en su infantil rostro, por lo que sólo pude tomarla de la mano y dirigirme a la bicicleta nuevamente. Estaba decidido a dejar de hablarle a cualquiera que no quisiera aceptar a mi nueva hermanita; no me importaba si ese cualquiera resultaba ser mi mejor amigo. Ya había perdido cinco amigos, ¿qué tanto era uno más?
—Si no la aceptas a ella, yo no te aceptaré a ti como amigo —le dejé muy claro—. No vuelvas a hablarme, Shotton...
—John...
Mi pequeña hermana subió a la bicicleta conmigo y emprendimos el camino al muelle. Normalmente, no iba hasta allá porque Mimi me decía que era peligroso, pero eso no me importaba si iba con (TN). El Albert Dock era nuestro lugar favorito de todo Liverpool, nos fascinaba ir a sentarnos y ver cómo los barcos llegaban al puerto.
—Mi papá era uno de ellos —le conté, cuando vi cómo una docena de marineros descendieron de la embarcación con varias bolsas en las manos—. Se llamaba Alfred, Alfred Lennon. Mi tía Mimi y mamá no me hablan mucho de él, sólo sé que se fue a Nueva Zelanda cuando yo tenía cinco años, pero no recuerdo mucho de él.
— ¿Te gustaría estar con él? —me preguntó ella, mirando fijamente hacia el océano.
—No, ya no —respondí—. Antes sí quería irme con él, ya sabes, buscarlo por todo el mundo; pero ahora tengo algo mucho mejor aquí. Estoy muy feliz: con mamá, Mimi, el tío George y contigo. Sé que tú extrañas a tus papás, pero...yo no quiero que te vayas. No te imaginas lo terrible que puede ser vivir en Mendips sin nadie para jugar.
(TN) dejó de ver al océano para poder verme con lástima. Yo sabía lo mucho que ella quería volver a ver a sus padres, aquel par de humanos sin los que ella no estaría sobre la tierra, pero también era consciente de lo innecesario que los padres resultaban en la búsqueda de la felicidad.
—Yo quiero regresar a mi casa, John —dijo, desviando la mirada—. Quiero volver a ver a mis papás, quiero regresar para poder cuidar a mis peluches, deben estar extrañándome mucho, ¿no lo crees?
— ¿Qué hay del señor Twinkle? —le pregunté, haciendo referencia al osito de peluche que le había regalado en Navidad—. No te puedes ir y dejarlo solito, no me vas a dejar solito a mí, ¿o sí?
—Yo...no lo sé, John.
—Hermanita...por favor, quédate conmigo —puse la expresión más triste que podía hacer en mi rostro mientras la miraba—. No quiero volver a estar solo, por favor, sé mi hermana por siempre y para siempre. Te prometo que jamás te trataré mal y haré todo lo que esté en mis manos para que seas feliz.
Ella suspiró y me miró a los ojos.
—No quiero que pierdas a tus amigos por mi culpa...
—Mis verdaderos amigos te van a aceptar, créeme —le dije—. Nada de esto es tu culpa, (TN). No necesito estar rodeado por muchas personas, sólo por aquellas que tengan un buen corazón: como tú.
— ¡John! —me gritó alguien, haciendo que el contacto visual ente (TN) y yo se rompiera de inmediato. Peter Shotton, quien venía montado en su bicicleta, no tardó mucho en llegar hasta donde estábamos—. Lamento lo que dije en mi casa, no quiero que dejes de ser mi amigo. Si tú dices que ella es tu hermana: te creo.
Sonreí ampliamente y miré a (TN).
— ¿Lo ves? Solamente los de buen corazón importan —afirmé, pasando mi brazo por encima de los hombros de Pete—. ¿Vas a quedarte conmigo?
—John...quiero irme a mi casa.
—Escucha, si tus papás aparecen...puedes regresar con ellos —le dije, esperando que eso jamás llegara a pasar—. Si ellos no vuelven nunca, serás mi hermana por siempre y para siempre. ¿Aceptas?
—Está bien, acepto el trato.
ESTÁS LEYENDO
Got To Get You Into My Life
Fanfiction¿Qué pasaría si un accidente te transportara hasta el Liverpool de 1948 a la tierna edad de cinco años? El destino te lleva a conocer a un hombre que consideras perfecto y del que te enamoras: Paul McCartney, quien por cierto es el mejor amigo de tu...