Got To Get You Into My Life

45. Beatlemanía.

Narra (TN)

Los chicos estaban teniendo cada vez más éxito, su álbum había llegado a la posición número uno y ningún otro artista parecía ser capaz de desplazarlos. Ahora todo el mundo creía en ellos, por fin podían ver la joya que eran. Y, por ende, el número de admiradoras era mayor, ellos estaban encantados por todo.

Ya no podían salir como antes porque la prensa siempre estaba cerca de ellos; si no era la prensa, era alguien obsesionado con ellos. La mayor parte del tiempo se trataba de lunáticas fantasiosas, chicas que soñaban con casarse con alguno, irse a la cama con ellos u obtener cualquier cosa. Por mi parte, ya me había cansado de ver cómo las demás chicas le decían a mi novio que lo amaban o que desearían ser su novia, pero me quedaba claro que él me amaba a mí y no a alguna de ellas.

A mí sólo me quedaba escuchar todas las historias locas de los chicos. Su nueva vida era un tanto agotadora para todos, aunque nadie se atrevía a admitirlo porque estaban consiguiendo lo que siempre habían querido: fama, dinero y chicas.

——————————

Estaba sentada en la cama de mi novio. Paul dormía apaciblemente a mi lado. Había llegado muy cansado de la actuación y optó por tomar una siesta. Pasé mis dedos por su despeinado y sedoso cabello, disfrutando mucho de la sensación. Las personas adultas criticaban el cabello de los chicos, pero a mí me encantaba su estilo.

Paul se movió un poco, seguramente sintiendo as caricias. Me sentía afortunada de que él me amara. Aunque existían millones de mujeres en el mundo, él sólo tenía ojos para mí. Sonreí y le di un pequeño beso en sus labios. Abrió los ojos con lentitud y me miró.

—Ojalá siempre me despertaras de esa manera, mi amor —musitó antes de bostezar y desperezarse.

—Quería comprobar el cuento de la Bella Durmiente, sólo eso.

— ¿Entonces soy tu princesa durmiente? —preguntó divertido.

—Mi príncipe dormilón —le respondí en el mismo tono.

Me sonrió con dulzura y puso esa mirada encantadora que sólo él sabía poner y que provocaba que nadie se resistiera a sus encantos.

—Te amo, preciosa —aún tenía ojos somnolientos—. Soy afortunado por tenerte a mi lado.

—Yo soy afortunada por tenerte, cariño —contesté y volví a pasar mis dedos por su cabello—. Hay miles de chicas afuera que desearían tener tu amor, tu corazón.

—Mi corazón es sólo tuyo.

Sonreí y le di un beso.

—Deberíamos salir a dar un paseo, sólo tú y yo.

— ¿Y las fans? —pregunté alarmada ante su sugerencia—. Brian fue muy claro: "nada de salidas". Sabes que las chicas se ponen histéricas cuando los ven, podría ser peligroso.

Se encogió de hombros y miró hacia la ventana con tristeza, deseando estar del otro lado. A veces sentía que mi novio no podía hacerse a la idea de que su vida de famoso le obligaría a estar encerrado. Lo abracé y él recargó su cabeza en mi hombro por un momento, luego se levantó bruscamente y fue a buscar algo a su armario.

—Podemos usar estas —dijo sacando dos gabardinas.

— ¿Vamos a jugar a los espías, Paulie? —cuestioné divertida—. La gente nos verá aún más con esas puestas, las fans no son tontas y no es nada sencillo engañarlas.

—En las películas siempre funciona —musitó a manera de defensa—. ¿Por qué no lo intentamos y lo comprobamos? También podríamos ponernos lentes de sol muy obscuros y yo llevaré un bigote falso.