Maratón Especial con motivo del cumpleaños de Ringo Starr
#peaceandlove
4/5
Domingo 9 de febrero de 1964
Narra John
Todo estaba prácticamente listo. George y yo habíamos afinado las guitarras, Paul su bajo, Ringo había revisado y ajustado su batería; nos encontrábamos en mitad de un escenario con muchas flechas señalándonos, como si la gente que iba a acudir al programa fuera tan torpe como para no saber dónde estábamos.
Sabíamos que nos verían muchas personas, y cuando decía muchas me refería a varios millones solamente. Estábamos un tanto nerviosos, jamás habíamos tenido una audiencia tan grande. Aunque, bueno, sólo íbamos a ver a una muy pequeña parte de esos millones de ojos que estarían totalmente centrados en nosotros. Casi todos nos verían por televisión.
Hermanita se encontraba en la primera fila, nos tomaba fotos de vez en cuando con la cámara fotográfica que le había regalado en su cumpleaños. Sonreía por la emoción de estar ahí. A ella siempre le gustó vernos tocar. Al lado de ella estaba Cynthia, también muy emocionada.
—Damas y caballeros —decía Ed Sullivan—: ¡The Beatles!
Toda la audiencia que estaba en el estudio comenzó a gritar mientras que Paul comenzaba a canta con su dulce y armoniosa voz.
Close your eyes and I'll kiss you,
Tomorrow I'll miss you;
Remember I'll always be true.
Cuando terminó la canción, McCartney tenía toda la atención. A mí me parecía que mi micrófono tenía algún defecto, pues mi voz era apenas audible a comparación de la de mi mejor amigo.
Comenzaron a enfocarnos con la cámara, cada uno tuvo su momento para aparecer en pantalla. Cuando tocó mi turno, Brian se acercó muy enojado a los productores del programa y luego mandó llamar a hermanita. No sabía qué estaba pasando. Me encogí de hombros y seguí tocando.
La audiencia se emocionó demasiado cuando comencé a cantar I Want To Hold Your Hand, que era nuestro primer número uno en las listas de América.
Narra (TN)
Brian me estaba acusando de haberle contando a alguien del programa que John estaba casado, ocasionando que cuando enfocaran la cámara en mi hermano abajo pusieran un mensaje: "Lo sentimos, chicas. Está casado".
—Yo no lo dije —le susurré—. No rompo mis promesas, Brian. Además, ¿para qué haría algo así? John es mi hermano.
— ¿Entonces quién fue?—cuestionó con molestia, y luego se relajó—. ¿Sabes qué? Mejor dejemos las cosas como están: tarde o temprano tendrían que haberse enterado de la verdad. Ahora lo que me preocupa es la seguridad de Cynthia y el pequeño Julian, las fanáticas comenzarán a acosarlos y...
—No te preocupes por eso —sonreí, intentando lograr que se tranquilizara—. John puede cuidarlos bien.
Cuando el show terminó, Brian quiso que nos fuéramos inmediatamente, tenía la certeza de que se debía a lo que había pasado en el programa. Lucía estresado, quizá aún no estaba muy convencido sobre la idea de permitir que todo el mundo supiera que John estaba casado.
—Aún no me quiero ir —dijo Ringo.
—Ni yo —dijo George.
—No podemos irnos así... ¡hay muchas chicas locas por nosotros, cerdo! —exclamó John, quien llamaba de ese modo a Brian para molestarlo.
—Estás casado, Lennon —dijo el mánager entre dientes.
—Nadie lo sabe —le susurró John, encogiéndose de hombros.
—Alguien se enteró y el mensaje fue transmitido por televisión —dije lentamente, esperando que John no se pusiera furioso—. Todo el mundo lo sabe, John.
— ¿De verdad? —Paul también estaba sorprendido.
Brian y yo asentimos. John se llevó las manos a la cara, parecía que iba a llorar. Me acerqué y le pregunté si estaba bien. Todos esperaban impacientes por la respuesta de mi hermano. Para nuestra sorpresa, apartó bruscamente las manos y miró con una sonrisa exagerada.
— ¡Claro que sí! —exclamó, antes de encender un cigarrillo para fumar.
Subimos a las limusinas y fuimos directo al hotel. Brian quería hablar con Cynthia y con John a solas, por lo que los demás fuimos a cenar y luego a nuestras habitaciones. Paul lucía muy cansado cuando entramos a la de nosotros, pero también estaba feliz.
—Fue una muy buena su actuación de hoy —le felicité y le di un beso—. Eres el mejor bajista del mundo.
—Gracias, preciosa —respondió, sonriendo tímidamente—. Quiero tomar un baño antes de dormir, ¿me acompañas?
—Claro, Paulie —le respondí.
Fue divertido tomar un baño con él: descubrí que le gustaba jugar con la espuma del jabón como a un niño pequeño. Él insistió en ponerme el jabón y también el champú. Accedí. Él lo hizo con mucho cuidado, evitando que entrara a mis ojos. Luego él se puso jabón y champú. Aunque ya lo había visto desnudo antes, esa experiencia fue diferente.
—Adoro tu cuerpo, princesa —me dijo Paul, mirándome embobado—. Adoro todo de ti, para mí eres perfecta en todos los sentidos.
Me atrajo hacia él y me besó. Yo pasaba mis dedos por su cabello mojado. Fui sintiendo cómo sus manos bajaban con lentitud desde mi cuello, pasando por mi espalda, hasta mi cintura. Me miró un momento y suspiró, luego comenzó a besar mis senos. Gemí levemente.
—Creí que estabas cansado —musité.
—Siempre tendré energía para disfrutar contigo —dijo seductoramente—. Además, deberíamos festejar nuestra primera actuación en este país.
—Mejor luego —me separé de él, con una media sonrisa en mi rostro—. No quiero que quedes tan exhausto que deba llamar a John para que te lleve a la cama, estando desnudo.
Sonrió y salimos de la ducha. Nos pusimos nuestros pijamas y luego nos metimos a la cama. Mi novio me abrazó, lo cual me permitía acariciar su bonito cabello y disfrutar de su olor, el dulce olor a Paul. Puse mi cabeza en su pecho y escuché detenidamente su respiración, era muy tranquila. Me quedé dormida escuchando la melodía de su corazón.
ESTÁS LEYENDO
Got To Get You Into My Life
Fanfic¿Qué pasaría si un accidente te transportara hasta el Liverpool de 1948 a la tierna edad de cinco años? El destino te lleva a conocer a un hombre que consideras perfecto y del que te enamoras: Paul McCartney, quien por cierto es el mejor amigo de tu...