Maratón Especial con motivo del cumpleaños de Sir Paul McCartney.
Parte 3/5
Septiembre
Narra George
Habíamos vuelto al estudio para grabar lo que se convirtió en nuestro primer sencillo, preferimos cantar una canción de John y Paul que una que nos ofreció George Martin. Nuestro sencillo, Love Me Do / P.S. I Love You, había sido un rotundo éxito. ¡A todos les encantó!
Ringo Starr era nuestro nuevo baterista. Todos estábamos extasiados: no podíamos tener a alguien mejor. Por otro lado, también sentía algo de lástima por el pobre de Pete. Ni siquiera habíamos tenido las agallas para decirle que estaba fuera de la banda, fuimos tan cobardes que le pedimos a Brian que lo hiciera. Pero bueno, eso ya era cosa del pasado. Ringo era el presente y nos la pasábamos muy bien con él. A todos nos agradaba el cambio.
Íbamos a tener una presentación en The Cavern, lo cual nos dejaba de emocionarnos. Tocar en ese club había sido un gran avance para nosotros, pero todavía queríamos más. Íbamos a volver pronto al estudio para grabar otro sencillo, con la esperanza de que llegara a la primera posición en las listas. Era nuestra meta.
Llegué un poco temprano al club y vi que Ringo ya se encontraba ahí, haciendo los últimos ajustes a su batería. Sus típicos anillos estaban presentes. Nuestro baterista sonreía, le gustaba hacer música.
—Hola, Ringo —le saludé.
—Hola, George —contestó—. ¿Todo listo?
—Sí —asentí levemente—. Será divertido tocar ante tanta gente. ¿Has notado que cada vez se llena más el club? Tendremos que pedirle un aumento al dueño, ¿no lo crees?
—No estaría mal —dijo sonriendo—. ¿Sabes? No me importa que venga poca o mucha gente, con que venga ella me conformo.
Dirigí mi mirada hacia donde Ringo estaba viendo y contemplé a una linda chica de oscura cabellera que parecía estar viendo hacia el techo del Cavern sin notar que la observábamos.
— ¿Ella? —pregunté divertido, Ringo asintió—. Parece que tenemos un enamorado justo aquí.
—Es que ella es muy linda —me confesó—. Se llama Maureen, Maureen Cox.
Sonreí al escuchar cómo Ringo mencionaba el nombre de aquella chica que, sin lugar a dudas, lo tenía loco.
—Deberías pedirle que salga contigo.
—No... —musitó tristemente—. No creo que yo le guste a ella. ¿A quién podría gustarle el baterista? Yo ni siquiera canto. Además, creo que es menor que yo, no sé si pueda haber algo.
—No te des por vencido sin haberlo intentado —sonreí—. Vamos, hoy hablas con ella y la invitas a una cita.
Él se encogió de hombros, parecía que me iba a contestar cuando John y (TN) llegaron. Ella iba vestida de forma casual, pero igual se veía hermosa. ¡Dios! ¿Por qué tenía que ser la novia de McCartney y no mía? Me acerqué a saludar a John y luego la saludé a ella con un beso en la mejilla, (TN) correspondió a mi saludo de la misma manera y juro que quise llorar de felicidad. John se alejó de nosotros para ir a platicar con Ringo.
Le ofrecí a (TN) ir a tomar una bebida. Aceptó. Yo pedí una cerveza y ella un refresco. Suspiré pesadamente. Algo atormentaba mi mente. Una pregunta que podía ser contestada con un "sí" o con un "no". Y (TN) era la única que podría evitar mi sufrimiento o quizá empeorarlo.
— (TN)... ¿tú...
Ella estaba disfrutando de su refresco, pero no sé qué me estaba ocurriendo. Quería decirle, pero al mismo tiempo no quería hacerlo. ¿Qué podría llegar a pensar de mí si las palabras incorrectas salían de mi boca? ¿Y si me dejaba de hablar?
— ¿Qué ocurre, Georgie?
Sonreí. Adoraba cuando me llamaba "Georgie", me hacía sentir esperanza, de que me quería y de que algún día seríamos felices juntos. No, definitivamente no le podía decir la verdad. Podía dejar de hablarme y yo me odiaría por haberlo hecho, por lo que decidí no contarle.
—Nada —dije y agaché la vista.
—Oh, vamos —dijo con una sonrisa—. Yo sé que tú tienes algo, y sé que es muy importante. Soy tu amiga, puedes decirme.
Ella tenía razón. Tenía que decirle. Le di otro gran trago a mi cerveza y me armé de valor para poder hacerlo.
—Es que tú...me... ¿de verdad amas a Paul?
(TN) frunció el ceño. Volví a tomarle a la cerveza por los nervios que tenía de saber su respuesta. Había sido una tonta pregunta, porque no era lo que yo quería preguntar desde un principio. Pero, como había dicho antes, no podía arriesgarme a que se alejara de mí, yo quería estar cerca de ella para cuidarla y protegerla de todo, aunque sólo fuera como un amigo.
—Por supuesto que amo a Paul, es mi novio, Georgie —dijo sonriendo.
No dije nada, sólo asentí y me vi obligado a esbozar una sonrisa. Seguí tomando mi cerveza para terminármela antes de empezar a tocar. Brian nos había dicho que si queríamos tener más actuaciones, debíamos dejar de tomar y fumar en el escenario; además de usar trajes iguales, que en cierto modo me hacían sentir como en la escuela: uniformado.
Los demás no tardaron en llegar.
El concierto comenzó, pero no lo estábamos disfrutando por la enorme cantidad de chicas que reclamaban el regreso de Pete Best. Ni siquiera podíamos escucharnos tocar. "Ringo, nunca; Pete Best, siempre" era todo lo que escuchábamos. Ringo era un chico muy fuerte como para soportar todo aquello sin inmutarse.
Llegó un momento en que no lo soporté más y decidí salir a tomar un poco de aire. Iba caminando de prisa por uno de los túneles del club cuando sentí que algo me golpeó en la cara. Un muchacho que se encontraba entre la multitud me había propinado un puñetazo.
— ¡Hey! —les grité furioso, antes de llevarme un mano al lugar donde había recibido el golpe—. ¡¿Qué demonios les ocurre!?
No contestaron, pero por sus expresiones en el rostro, supe que me habían confundido con Ringo. Salí del club sin ganas de volver. Brian llegó enseguida para ver cómo me encontraba, quedó horrorizado al ver que mi ojo comenzaba a cambiar de color. Me aplicaron muchas cosas en el ojo izquierdo, pero fue inútil.
Al final, tuve que lidiar con un ojo morado por algunos días.
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Got To Get You Into My Life
Фанфик¿Qué pasaría si un accidente te transportara hasta el Liverpool de 1948 a la tierna edad de cinco años? El destino te lleva a conocer a un hombre que consideras perfecto y del que te enamoras: Paul McCartney, quien por cierto es el mejor amigo de tu...