60. Tarde de chicas.

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Narra (TN)

Llegué a la casa de Mimi y ella abrió la puerta poco después de que escuchara que estaba llamando. Ya le había contado que iría a Liverpool para grabar una película, y había accedido gustosa a que me quedara en su casa el tiempo que yo deseara. Me abrazó con cariño.

—Te ves preciosa, (TN) —me elogió, sonriendo levemente—. Me siento muy orgullosa de ti, has estado alcanzando tus metas.

—Gracias, Mimi —me separé de ella y le sonreí—, te extrañé mucho.

—Preparé tu habitación para que puedas quedarte ahí —me contó, haciéndome sentir emocionada y contenta—. De verdad estoy muy feliz de que hayas venido, la casa no es la misma desde que ustedes se fueron.

A pesar de que John y yo hablábamos con Mimi una vez a la semana, no se comparaba a estar con ella de nuevo en Liverpool. Y es que, aunque había sido muy estricta con nosotros, no podía negar que había hecho un buen trabajo –al menos conmigo– y que la queríamos mucho. Ella era como una madre.

Subí a mi antigua habitación y suspiré al entrar. Era bastante raro ver las paredes un ligeramente descuidadas y el librero, que en otro tiempo había estado repleto de historias increíbles, vacío. No obstante, no había perdido ese toque que, a pesar de que no sabía cómo describirlo, convertía ese pequeño recinto en mi habitación: me sentía en mi espacio personal.

No tardé mucho en desempacar y guardar mi ropa en el armario. Después de eso, me recosté en la cama, pensando en qué estarían haciendo los chicos en esos momentos.

— ¡(TN)! —escuché que Mimi me llamó—. Te buscan.

Comencé a alarmarme, no esperaba ninguna visita. Maldije por lo bajo al pensar que Thomas podría haberme seguido. Intenté tranquilizarme antes de morderme el labio inferior y bajar para ver de quién se trataba. Mi corazón se detuvo un momento al ver a la persona que estaba en la puerta. Sonreí de felicidad.

— ¡April! —corrí a darle un fuerte abrazo a mi mejor amiga—. Te he extrañado mucho, mujer.

—Y yo a ti, (TN) —me contestó, sonriendo—. Luces increíble, como toda una chica que está cumpliendo sus sueños. Me siento muy feliz por ti, te lo aseguro. Y... bueno, supongo que estás cansada, pero no podía perder un minuto más la oportunidad de estar con mi mejor amiga.

—Hiciste bien en venir, me alegra mucho verte —contesté.

— (TN), invítala a pasar —me dijo Mimi—, ¿esos son los modales que te enseñé?

—Lo siento, Mimi —respondí, luego me dirigí a mi mejor amiga—. ¿Quieres pasar? Podemos tomar una taza de té o lo que tú quieras.

—A decir verdad —April hizo una mueca de indecisión—, preferiría salir a dar un paseo, hace mucho que no hacemos eso. Será como la tan esperada tarde de chicas que no hemos tenido desde que te fuiste a Londres. Claro, si no estás cansada.

—Un paseo suena bien, dormí mucho durante el viaje —solté una pequeña risa y luego miré a Mimi—. Voy a salir con April, pero volveré temprano, te lo prometo.

—De acuerdo —Mimi asintió—, confío en ti.

April y yo nos despedimos de ella y fuimos a sentarnos afuera de Strawberry Field, tenía mucho sin ir a ese lugar que tanto nos encantaba a John y a mí cuando éramos pequeños. Todo parecía estar igual que siempre, como si nada hubiera cambiado; pero yo sabía que no era el mismo Liverpool en el que crecí: faltaban mis chicos favoritos.

— ¿Qué tal las cosas con Paul? —me preguntó, alzando las cejas varias veces—. Cuéntamelo todo, con lujo de detalles, por favor.

—Pues... bien, supongo —me encogí de hombros, sintiéndome levemente incomoda por la mirada de mi mejor amiga—. Él tiene su "noviecita falsa", así que casi no salimos juntos. Además, la prensa es un fastidio: nunca los dejan en paz, apenas si tienen tiempo para respirar.

Got To Get You Into My LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora