capítulo 6.

4.3K 276 86
                                    

Brooke

Me encuentro en mi habitación organizando algunas cosas con Roses de The Chainsmokers de fondo mientras pasan miles de ideas por mi mente. A veces creo que estar en tu habitación con un poco de música sin que nadie te moleste mientras acomodas el pequeño mundo en el que vives es algo terapéutico, siento que me ayuda a sentirme bien conmigo misma.

Acomodo algunas cosas en mi armario y echo un vistazo a lo que posiblemente me ponga hoy. Con Nick quedamos de vernos hoy, así que espero conocer un poco más de él; la primera impresión que tengo no es muy positiva, pero no podemos juzgar a un libro por su portada, tenemos que ver más allá de lo que simplemente percibimos de alguien, detrás de un rostro se puede encontrar una persona diferente a lo que creíamos que era y muchas veces nos cuesta hallar aquella parte de una persona. Presiento que ese será el caso con él.

Me encuentro frente a mi armario mientras decido que puedo ponerme, soy bastante indecisa y cuando por fin tomo una opción pienso que la otra pudo haber sido mejor, me pasa en todos los sentidos en este caso me ocurre ahora mismo. Luego de diez minutos tengo algunas opciones y me acerco al gran espejo que se encuentra al lado de la ventana de mi habitación para observar cómo me pueden quedar.

Después de frustrarme durante algún rato porque creía que nada me quedaba bien, decidí optar por un vestido blanco con algunas flores rosas adornando el fondo de la prenda.

Mi celular vibra y es un mensaje de Nick. Mencionó que pasaría por mí, ya que el lugar al que iremos se encuentra fuera de la ciudad, termino de organizarme agarro mi abrigo y me dispongo a salir de mi habitación.

Salgo de la casa cerrando la puerta detrás de mí, puedo observar que el día está algo soleado, camino hasta la dirección donde se encuentra aparcado, el carro de Nick es un automóvil rojo y por el logo me doy cuenta que es marca Seat, al entrar me saluda de manera más cálida de lo que pensé y le devuelvo el saludo.

Luego de algunos minutos de silencio bilateral decido romper el hielo.

—¿Puedo saber a dónde vamos?

—Espera a que lleguemos y lo sabrás. —Su vista se centra netamente en el camino delante de nosotros.

—¿Queda muy lejos? —vuelvo a preguntar por algo que quizá no me responda.

—Es fuera de la ciudad como te mencioné.

Al parecer no me dirá donde es y tendré que esperar.

—¿Me darás alguna pista para que adivine?

—Supongo que no, así que sigue haciendo suposiciones. —Tamborilea el volante con sus dedos.

Mientras observo por la ventana me percato que ya estamos dejando la ciudad, cada vez se ve más naturaleza y menos estructuras de concreto, pero la duda en mi mente sobre a dónde nos dirigimos se vuelve a hacer presente.

—Te veo algo ansiosa, ¿A dónde crees que te llevaré?

—En estos momentos creo que me dejarás a mitad de la carretera por preguntar tanto a dónde vamos —solté con sinceridad lo que pensaba en ese momento.

—Suena tentador, pero no lo haré.

Luego de algunos minutos el chico vuelve a hablar.

—¿En qué tanto piensas? Ves el paisaje para distraer tus pensamientos, pero veo que no funciona.

—Estoy pensando en cómo escaparme si estás buscando secuestrarme.

—Que pensamientos tan raros. —Hace una mueca.

—Claro que no estoy pensando en eso —señalo lo obvio —, solo que me pregunto por qué no estabas interesado en tener a nadie más en tu vida mientras te aburrías en tú círculo vicioso.

Almas Rotas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora