Capítulo 1.

10.2K 498 56
                                    


Brooke

Voy caminando por las frías calles de Londres, el helado viento golpea mi cara y me doy cuenta que no fue la mejor idea salir sin mi abrigo, pero Joshua insistió en que yo viniera por su postre favorito y unos cafés a Morgan's, es nuestra cafetería favorita y siempre venimos cuando queremos pasar un buen rato o nos sentimos mal, siempre hemos creído que un buen café soluciona todo.

Cruzo la calle y veo por fin las grandes puertas de cristal de la cafetería. Cuando estoy por entrar mi celular suena, miro la pantalla de mi celular y es Joshua, nos conocemos desde que teníamos ocho años; es mi vecino y mejor amigo, es la persona que siempre ha estado conmigo y me ha apoyado en todo, conoce muchas facetas de mí. Por mi mente pasa su rostro, un chico bastante simpático, con cabello marrón que cae alborotado en su frente y ojos oliva. Físicamente podría resultar bastante promedio para el resto, pero en su manera de ser es incomparable con cualquier otra persona.

Contesto y escucho su voz al otro lado de la línea.

—No se te olvide mi postre o haré que te devuelvas —dice en tono gracioso.

—Mira, me estoy congelando porque no me prestaste un abrigo así que más te vale no molestarme.

—Solo no te demores, quiero que veamos una película —puedo sentir su alegría cuando me lo dice, me despido y cuelgo.

Al entrar a Morgan's veo a Matthias, es hijo del dueño y trabaja en el lugar en sus ratos libres, nos conocimos hace unos años aquí cuando vine con Joshua una tarde que llovió bastante fuerte y queríamos tomar algo caliente antes de irnos a casa.

—¡Oye por que no habías venido antes! —dice Matt bastante alegre —. ¿Viniste por el postre de Josh cierto?

Me acerco a la barra y lo saludo.

—Sabes que siempre que vengo por ley pido el postre y... me puedes dar también dos lattes.

Espero unos minutos a que la orden esté lista, pago y me despido de Matt.

Mientras voy camino a casa miro el cielo, es un día bastante nublado y frio... sin duda mi clima preferido, dirijo mi vista de nuevo al cielo gris y por las nubes que observo creo que lloverá.

Estoy casi llegando a casa de Josh, cuando veo como se asoma por la ventana de su cuarto.

—Si no te mueves el café se enfriará —logra decirme mientras cierra la ventana.

Al entrar a casa me encuentro a su madre en la cocina, —¿Brooke quieres algo de comer? —pregunta.

—No gracias, Salí a comprar algo para Josh y para mí —digo señalando la bolsa de papel que llevo en la mano.

—De acuerdo, es mejor subas debe estar esperándote.

Sus padres me quieren como si fuera su hija y lo agradezco mucho ya que desde que mi madre nos abandonó la vida con mi padre no ha sido la mejor.

Voy entrando al cuarto cuando veo que una almohada viene hacia mí, pero por suerte logro esquivarla.

—¡Que te pasa, querías quedarte sin comida o que! —consigo decirle.

—Solo quería probar si estabas alerta.

—Pues ya ves que sí, y si querías hacerme caer la comida no lo lograste. Además, que no se te olvide que aquí viene tu postre.

—Solo siéntate aquí. —Señala un lado de su cama.

Le hago caso y me siento al lado de él, mientras estamos comiendo me menciona el tema de mi padre, cosa que no me agrada y él lo sabe, pero Josh siempre me dice que es necesario que yo le cuente cómo me siento al respecto.

Estoy sumergida en mis pensamientos cuando Josh me llama.

—Hey, Brooke, ¿me estas poniendo atención? —Sus ojos oliva se posan en mí.

Tengo que admitir que en la mirada de Josh siempre he visto algo especial, es increíble la facilidad que tiene para expresar todo por medio de su mirada. Aunque es algo que tenemos en común, según él soy fácil de descifrar por medio de mis ojos, cree que soy muy transparente con mis emociones y sentimientos. Cualquier cosa que suceda conmigo se podrá notar y la expresaré en mi manera de mirar, no es necesario usar palabras.

—Estaba pensando en cosas, últimamente mantengo mi mente ocupada. —Doy un sorbo a mi latte.

—¿Es sobre lo que te hablaba? 

No puedo mentirle, él me conoce muy bien y sabe que me duele que hablemos sobre mis padres, en especial sobre mi madre. Aun no comprendo por qué me dejó con mi padre y no me llevó con ella.

—Si sobre eso pensaba, me conoces muy bien y no podía decirte que no. —Lo miro y le doy una sonrisa triste.

—Si no quieres que hablemos de todo esto ahora, está bien.

Ahora solo quiero llorar y desahogarme, nunca es bueno guardarnos nuestras emociones porque tarde o temprano estas saldrán y muchas veces no de la mejor manera.

—Mi padre aún me sigue culpando de que mi madre se fuera, han pasado años y no solo me hace sentir como la causante de su desgracia. También sabes que me golpea cuando los recuerdos de mi madre lo invaden, es como el infierno cuando estas allí en esos momentos. —Una lágrima rueda por mi mejilla y bajo la mirada.

Tengo que admitir que jamás me faltó nada materialmente hablando, él siempre estuvo muy pendiente de las cosas que necesitaba y no dudaba en darme lo que pedía, a regañadientes, pero lo hacía. Sin embargo, me faltaba amor por parte de él, que se preocupara por mí y dijera que se sentía orgulloso de mis logros. Emocionalmente hablando el vaso está medio lleno cuando se trata del afecto que me brindó, solo recuerdo que me lo dio mientras estaba con mamá.

—Sé por todo lo que has tenido que pasar, pero recuerda que las cosas mejoraran y no dejes que esto te afecte, cuando te sientas mal puedes venir las veces que sea y sabes que mis padres no tienen problema con eso. Pero aun no entiendo por qué sigues viviendo con él y su esposa.

—Muchas veces me lo he preguntado sabes, pero todavía no encuentro una respuesta, creo que es porque el recuerdo de mi madre sigue allí y no quiero dejarlo ir, además con Alice no tengo inconvenientes —agregué refiriéndome a su esposa —. En muchas ocasiones ha intentado defenderme de él y agradezco el gesto, no cualquiera se enfrentaría a alguien con ese temperamento.

Cerramos el tema allí ya que me sentía mejor al haber admitido qué era lo que me tenía mentalmente mal.

Nos quedamos sentados en su cama viendo como la lluvia caía, y las gotas de agua se deslizan por su ventana mientras la noche se hacía presente poco a poco encima de nosotros.

Almas Rotas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora