Almas Rotas ©

Capítulo 49.

Brooke

Dos días, habían pasado dos días desde que me había enterado de la verdad gracias a perseguir a mi padre porque la curiosidad me ganó.

La lluvia moja el parabrisas del auto con una fuerza impresionante. Josh y yo nos dirigimos a casa, las clases han terminado y el clima está perfecto para quedarte acostado en tu cama con las cobijas encima hasta que la noche caiga. En serio necesito tirarme a la cama para reflexionar sobre lo que sucedió el domingo.

Quiero contarle todo a Josh, siento la urgencia de hablarlo con alguien más para ver desde otra perspectiva el asunto y saber si las decisiones que estoy a punto de tomar son las correctas.

—Josh —llamo.

—Sí, dime. —Su vista no se despega de la carretera, vamos a poca velocidad ya que no es lo más recomendable conducir con las calles resbalosas por el aguacero.

—Hay algo que dio un vuelco en mi vida, tengo que tomar cartas en el asunto y no sé si la elección que voy a tomar con respecto a algo sea la correcta. Sé que tengo que elegir lo que me parezca mejor, pero necesito saber qué piensas al respecto. Tus consejos me ayudan a aclarar mis ideas y pensar las cosas con cabeza fría.

—Me preocupas, princesita. —Él estaciona el auto en un lugar seguro y voltea en mi dirección para ponerme total atención —. Adelante, qué sucede. Tienes mi atención por completo.

—Sabes que mi curiosidad me gana, me dejo guiar por ella y termino descubriendo ciertas cosas —realizo una pequeña introducción mientras busco las palabras.

—Hasta ahora te entiendo, continúa. —Hace un ademan.

—Lo que sucede es que seguí a mi padre el domingo pasado y resulta que descubrí que mamá nunca nos abandonó, ella en realidad murió y ahora muchas cosas en mi vida no tienen sentido. La razón de los maltratos radicaba en que ella se fue por mi culpa, sin embargo, eso ya no es válido, entonces estoy confundida y quiero saber todo lo que pasó y el porqué de muchas actitudes de papá ya que nada concuerda con la mentira que él me había obligado a creer —le cuento lo más rápido posible y tomo aire apenas termino de hablar.

Su cara es un poema completo, no entiende nada. Él intenta organizar todo lo que le dije y armar un mapa en su mente para comprender la situación.

—Vamos lento, de acuerdo. Entonces me estás diciendo que sientes un vacío, todo lo que se te planteó ya no cuadra y las actitudes de tu padre que creías que eran por la ida de tu madre ahora ya no tienen razón de ser.

Asiento con los ojos llorosos.

—No tengo ni la más remota idea de qué hacer. Por todo lo que él me culpó, resultó no ser así y siento la necesidad de saber cada detalle y entender el porqué de demasiadas cosas, su razón de ser así y si es posible perdonar y dejar atrás lo único que me lastima. Mi entorno familiar. —Limpio algunas lágrimas.

—Esto es mucha información, de hecho, más de la que puedo soportar. Entonces, ¿qué decisión es la que vas a tomar y no estás segura?

—Quiero saber mi historia familiar, entender las actitudes de mi padre hacía mí y reconciliarme con él. Soltar todo lo que me hace daño y sanar lo que siempre me ha lastimado y me ha hecho sufrir, eso es mi vida familiar. Creo que si arreglo ese aspecto podré vivir tranquila conmigo y mejorar mi relación con él.

—Comprendo tu punto. Creo que, si se te está dando la oportunidad de rellenar los vacíos y mejorar la relación con tu padre, es algo que debes hacer. Es un peso de encima que te vas a quitar y estarás bien contigo misma.

— No tendré de que preocuparme y podré ser feliz, donde sé que nada del pasado me podrá herir.

—Es correcto, nada más te perturbará. Serás libre del dolor que te ha atado por mucho tiempo.