Capítulo 48.

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Brooke

Cielo nublado y cubierto por tonos grisáceos que indica que lloverá al medio día.

Observo por mi ventana y el Chevrolet negro último modelo está saliendo del garaje. Miro la hora en mi celular.

7:15 am.

Esta hora concuerda con la de los últimos tres domingos que he anotado en mi agenda.

¿De quién es ese vehículo?

¿Por qué he estado vigilando y anotando la hora de salida durante tres domingos consecutivos?

La respuesta es menos misteriosa de lo que parece con los interrogantes que he planteado. El auto es de mi padre. Últimamente me percaté que él salía todos los domingos a una hora específica por la mañana y volvía en la tarde, pero lo extraño es que siempre se iba y regresaba en el mismo lapso de tiempo, es como si fuera una costumbre y su reloj interno estuviera programado para hacerlo a tiempos exactos.

Al inicio no le presté atención, no fue sino hasta hace tres semanas que vi que ese comportamiento se repetía y siempre era los domingos.

Salía a las 7:15 am y regresaba a las 12:00 pm. Ni un minuto más o menos, él siempre ha sido muy puntual, una característica singular que tienen todos los ingleses menos Josh y yo.

Por eso decidí investigar por mi cuenta, ponerme en modo agente secreto y salir de dudas. Muchas noches estuve pensando en qué lugar sería el que frecuentaba y solo ideas locas pasaron por mi mente.

¿Qué tal si tiene otra familia? ¿Y si engaña a Alice? O peor aún ¿Qué tal que esté metido en negocios ilegales en la constructora multinacional?

Tantas cosas rondaron mi cabeza que hoy me levanté temprano para seguirlo, la curiosidad me ganó y por lo menos saldría de la rutina aburrida, seguir a mi padre sonaba más divertido.

Bajo las escaleras a toda velocidad cuando veo que el auto está encaminándose a la carretera. Abro la puerta de la casa y me subo al taxi que me está esperando unas casas más adelante de la mía.

—Siga a la camioneta Chevrolet negra y no la pierda de vista —pido al conductor.

Pasamos por el centro de la ciudad, algunos comercios y nos detenemos en un pequeño mercado donde hemos venido con Nick antes, aquí venden flores.

¡Lo sabía! Debe tener otra.

Eso no es justo para Alice, ella ha estado por demasiados años con Robert y lo ha aconsejado, apoyado y encaminado muchas veces cuando él creía todo perdido.

No me bajo del taxi porque papá solo compra esas flores y se dirige para otro lado. Lleva consigo dos ramos, uno de margaritas y otro de tulipanes, ambos blancos.

Él sube a la camioneta y el señor del taxi va detrás del auto sin perderlo en los semáforos o carreteras que recorremos. Nos desviamos a una zona de la ciudad por la que nunca había pasado, mi padre estaciona y se baja para continuar caminando a su destino final.

Pago el taxi y salgo. Una sombrilla negra me acompaña y ya que el clima está húmedo y muy nublado, tengo conmigo un abrigo negro y un gorrito de lana del mismo color.

Camino a una distancia prudente para que no se dé cuenta de mi presencia, entramos a un terreno enrejado y con tan solo ver el panorama sé a dónde viene papá todos los domingos.

El cementerio.

¿A quién viene a visitar?, no lo tengo claro. Quizá a sus padres —Mis abuelos—, lo único que sé de ellos es que no los conocí porque fallecieron mucho antes de mi nacimiento.

Almas Rotas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora