Capítulo 3.

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Brooke

Me despierto algo confundida por un sueño que tuve. Reviso mi celular y son las tres de la madrugada. Puedo ver como Josh aún duerme profundamente, él vino a mi casa a ayudarme con algunos trabajos y decidió quedarse. Me siento en mi cama y me quedo pensando en aquel sueño, en él aparecía alguien que no recuerdo haber visto antes. Pero aquellas facciones y en especial sus ojos negros, los podría reconocer fácilmente si los volviera a ver; no los catalogaría como cualquier otro color de ojos ordinarios o normales. En estos había cierto misterio que destilaba de sus orbes.

Su silueta rondó mi mente unos cuantos minutos más y a decir verdad no sería alguien que pasara desapercibido, me atrevo a decir que entre el tumulto de personas en cualquier lugar lograría distinguirlo.

Intento no prestarle más atención al asunto y vuelvo a dormir, pero el insomnio me ataca y no logro conciliar el sueño fácilmente.

Siento como alguien me empuja y caigo de la cama, ya puedo ver el sol por lo que deduzco que es de mañana alrededor de las siete y treinta, lo bueno es que hoy es sábado y no tenemos clases.

Me levanto y estoy a punto de gritarle a Josh, pero me percato que está aún dormido. Así que decido tirarle mi almohada.

Josh balbucea cosas y se encontraba hablando medio dormido, lo que decía no tenía sentido.

No puedo aguantar la risa por las incoherencias que salían de su boca, hablaba de vacas o no sé qué. Él se sienta en la cama con su cabello desordenado.

—No puedes reírte más pasito, y ¿Qué te hizo tanta gracia? —pregunta con su voz un poco ronca.

—Cuando te tire la almohada por haberme empujado empezaste a hablar de cosas sin relación.

—Ya ni sé que soñaba, tu escándalo me despertó.

—No fue para tanto, no exageres.

—Eso es lo que crees, escuché cuando te caíste ¿Segura que no te rompiste algo? Porque las personas en la calle debieron haberlo escuchado —responde desde el baño mientras se lava los dientes.

Siempre que Josh viene se asegura de traer todo lo que necesita o más de lo necesario para quedarse, si pudiera se traería su cama.

Pasada media hora ambos estamos listos para salir directo a Morgan's y tomar el desayuno con Melanie. Llevo puesto unos jeans de mezclilla, una camisa blanca holgada y un par de tenis del mismo color.

Hago una coleta con mi cabello y estoy preparada para salir de la habitación, pero antes de hacerlo me recuesto en el marco de la puerta del baño y espero a que Josh termine de aplicarse colonia.

—Siempre que salgo contigo se nos hace tarde —comento mientras le envío un mensaje a Meli diciéndole que ya vamos para allá

—yo siempre te espero, por una vez en tu vida puedes hacer lo mismo conmigo. —Termina de aplicarse la colonia y sale del baño. Puedo notar como su cabello castaño aún sigue húmedo por la ducha.

Mientras bajamos las escaleras para dirigirnos a la entrada, miro a mi padre y su esposa Alice desayunando.

—Brooke, buenos días —saluda amablemente Alice.

—Hola Alice, hola papá —le devuelvo el saludo a su esposa y saludo a mi padre, pero solo levanta la vista, me observa por unos segundos y vuelve a su desayuno.

Ella siempre ha sido comprensiva y agradezco que por lo menos hace la estancia en esta casa un poco más agradable y menos incómoda.

—¿Vas a desayunar con nosotros?

Almas Rotas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora