Capítulo 15.

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Brooke

Mi mañana comenzó temprano, las clases en la universidad empiezan más pronto de lo que me gustaría y será un día ajetreado.

Por si se lo preguntan, sí, aún me encuentro en casa de Josh, las cosas aún no marchan del todo bien en mi casa. De vez en cuando escucho los gritos de Robert, los cuales me ponen muy nerviosa. Pese a todo agradezco que sus ataques de ira nunca hayan provocado que le hiciera daño a Alice, ni siquiera le ha levantado la mano alguna vez. Bueno de hecho no tendría por qué hacerlo. De todas maneras, el rencor lo tiene hacia mí, no con ella y sabe diferenciar, él nunca le haría daño a Alice.

Silencio la molesta alarma que continúa sonando y aprovecho para entrar al chat de Nick. Desde el día que vino a visitarme no sé nada de él y me preocupa mucho. Simplemente desapareció sin dejar rastro, esperé su respuesta al mensaje que envié aquella noche; respuesta que jamás se hizo presente en mi buzón de mensajes, su conexión en Whatsapp es de hace más de tres días y no he logrado comunicarme. Temo que algo malo le haya sucedido.

De repente su nombre ya no aparecía en mis notificaciones, no había mensajes nuevos de él en el chat y lo peor era que no sabía la razón de su actitud o que lo había llevado a tomar la decisión de darse al olvido.

Me aseo y visto para poder bajar a la cocina a preparar el desayuno. Marie y Joseph salieron muy temprano a sus respectivos puestos de trabajo, Josh por su parte solo me gritó mientras me bañaba que le apetecían Hotcakes y claro que no pude negarme.

Dispongo todo para preparar lo que Josh quería y al cabo de media hora el desayuno está perfectamente organizado en el comedor.

—¿Sucede algo? Brooke. —Me mira fijamente mientras hago círculos con el tenedor en mi plato sin querer comer.

—No es nada en especial —corto la conversación esperando que no haga más preguntas.

—Te conozco, sé que algo pasa. Pero si tú lo dices tomaré tu respuesta.

Me frustro ante su comentario, —Te dije que no pasa nada, no me molestes.

—Al parecer alguien amaneció de mal humor, qué mosca te pico.

—Me siento agotada mentalmente, eso es todo.

Él termina de comer y se levanta de la mesa, lava su plato y se dirige a mí.

—No te presionaré o haré más preguntas de las cuales probablemente no reciba una respuesta concreta, si lo quieres hablar después, dime. Te escucharé. —Me da un beso en la frente y sale esperándome en su auto mientras termino de comer.

Agarro mi celular y me quedo en el chat de Nick. Vuelvo a escribir, aunque sé de primera mano que lo más probable es que no tenga éxito e ignore el mensaje.

Josh va al volante, nos dirigimos a la universidad. De vez en cuando mira a mi dirección y la preocupación surca su rostro, no es necesario ser un adivino para darse cuenta que le preocupa mi aspecto y los moretones.

Conforme habían pasado los días Josh evidenciaba el avance en mis golpes y cada vez se convencía más de presentar una denuncia. Hace un par de años cuando sus padres se percataron de lo ocurrido fueron a denunciar a mi padre, pero eso no llegó tan lejos, la decisión de la corte por los hechos fue decepcionante para mí. Únicamente lo obligaron a tomar terapia por comportamientos violentos y su terapeuta presentaba los avances. Más allá de eso no trascendió, ni siquiera con el poder que tiene Joseph pudieron hacer algo más.

Las autoridades piensan que no es tan grave, pero hablamos de violencia intrafamiliar. Debería tener más atención a estos casos y contar con seguimientos para evitar que los hechos se repitan, no solo pasarlo como una advertencia.

Almas Rotas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora