Capítulo 11.

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Brooke

Luego de aquella noche en la bahía de Westminster con los fuegos artificiales, han pasado muchas cosas. Salimos con frecuencia, no importa el lugar; según Nick lo importante es estar juntos y concuerdo. Me ayuda con cosas de la universidad y envía café de Morgan's a mi casa cuando sabe que me desvelo con algún trabajo. De vez en cuando se ofrece a llevarme a la universidad, innumerables veces le he dicho que no es necesario, pero no se rinde. Recuerdo que una vez se lo mencioné y su contestación fue:

"De ti aprendí a no rendirme fácilmente con alguien."

Por mi mente pasa aquel día, cuando pensaba que probablemente yo tenía un sentimiento que era unilateral, pero gracias a Nick he comprendido que es mutuo, con cada acción o palabra me demuestra que ahora estamos en esto juntos.

Por el momento no hemos decidido colocarle una etiqueta en concreto a lo que tenemos, lo meditamos y ambos estamos de acuerdo que es mejor dejar que todo fluya. Me he percatado que muchas veces encasillar algo con alguien y ponerle un título puede llegar a ser abrumador por el hecho de tener que comportarse de cierta manera, el trato puede cambiar, igual que la confianza con la que se habla. Así que creemos que puede ser algo incómodo y no nos sentiremos a gusto.

Ambos tenemos exclusividad y nos basta con saber que sentimos, las conexiones no tienen la necesidad de clasificarse.

—Brooke, ¿Nos escuchas? —oigo una voz lejana.

—Tendremos que recurrir a otra técnica para que vuelva en sí.

Mis pensamientos me encapsularon al punto de olvidar que estaba con Josh y Melanie, vuelvo a la realidad cuando ambos se abalanzan sobre mí.

—Ya la perdimos. —Josh toma asiento en su cama.

—¿Me perdí de algo? Esa frase la usamos cuando alguno de nosotros está en ciertos asuntos. —Melanie enarca una ceja.

Josh me da una mirada cómplice y en estos momentos rezo para que dejen el tema, pero eso no sucede.

—¡Brooke sale con alguien! —la oración de Joshua retumba por la habitación.

—Cuánto tiempo estuve ausente en tu vida. Según yo, fueron algunas semanas —analiza la situación.

Y el momento menos preferido se avecina, tendré que contarle y ella me llenará de preguntas.

—No esperes que te cuente con lujo de detalles, te pierdes por un tiempo y pierdes el chisme.

Empiezo contando como y cuando, esa parte ya la conocía Joshua. Luego menciono algunos aspectos que ambos desconocían y finalmente me bombardean con muchas preguntas para cerrar el tema.

No soy fanática de ser el tema principal de algo. En muchas ocasiones cuando intento hablar de mis cosas no les ponen cuidado o simplemente me interrumpen hasta el punto de no querer mencionar el tema porque sé que me seguirán interrumpiendo paulatinamente. Mis cosas no son de relevancia y cuando pasan a serlo, me siento incómoda al hablarlo. Efectos colaterales de ser ignorada la mayor parte de veces

Pero con Josh y Melanie no pasa eso, ellos me escuchan y no me ignoran.

—Cambiando de tema, pero hablando de lo mismo. Siempre he pensado que ustedes dos tienen algo, las miradas pícaras, sus chistes personales que no entiendo y la manía de mandarme con las maletas en los viajes ida y vuelta me hacen pensar cosas —aguardo a sus respuestas mientras espero que mis suposiciones sean verdaderas.

Melanie suelta una risa nerviosa, —¡Cómo crees! No tenemos nada.

—Qué me dices tú, Josh.

—No tenemos nada más que una amistad, ella lo sabe y yo lo sé. Si hubiera algo entre nosotros lo habrías descubierto o lo hubiéramos contado. —Sale de la habitación rumbo a la planta baja. Es evidente que le molestó que le tocara el tema.

Almas Rotas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora