Capítulo 14.

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Brooke

Los tenues rayos del sol entran levemente por la ventana, me revuelvo incómoda en la cama para luego cubrirme con la frazada y seguir conciliando el sueño, pero es en vano ya que no puedo continuar durmiendo, me incorporo en la cama y no veo a mi amigo. Seguramente durmió en otro lugar.

Agarro mi celular que se encuentra en la mesita de noche de madera a un costado de donde estoy, reviso algunos mensajes y hay varios de Nick preguntando qué sucedió junto con algunas llamadas perdidas. Decido responderle y mencionarle que todo está bien y no pasó nada.

Prefiero no decirle lo ocurrido ayer, lo considero más factible a tener que darle explicaciones y ahondar en la deficiente relación con mi padre.

Me levanto y decido dirigirme a la ducha para asearme antes de que Josh me diga algo, según él no me baño, claramente es mentira y lo hace solo para molestarme, pero mi lema ante eso es "el agua es para las matas y el jabón para la ropa".

Dejo que el reconfortante líquido pase por todo mi cuerpo, de esta manera relajándome un poco y olvidándome de las cosas por unos instantes.

Al terminar la ducha, seco mi cabello y lo peino, me pongo una camisa gris bastante ancha y unos shorts negros. Mi rostro no está tan bien, pero por lo menos no se ve terrible; la hinchazón en la mejilla no es notoria, de hecho, ha desaparecido casi por completo gracias al hielo, pero un hematoma está abriendo paso a un costado de mi ojo.

Al salir del baño Josh se encuentra de espaldas a mí, lo saludo y él me devuelve el saludo.

— ¿Descansaste bien? — pregunta mientras busca algunas prendas en el armario.

—Bastante bien, anoche me encontraba agotada, sin embargo, hoy estoy mucho mejor.

Voltea hacia mi dirección y se acerca para luego examinar mi rostro.

—Lo sé, pudo haber estado peor —respondo ante su gesto cuando ve mi cara.

—El maldito jamás debió ponerte un dedo encima, es un idiota.

—Eso lo comprendo perfectamente, nunca debió hacerlo, pero ya pasó. —Le doy una sonrisa triste.

—El caso no radica en si pasó o sucedió. No intentes evadirlo cuando eres consciente que es algo grave. Una cosa por más mínima que pase con él y levanto una denuncia, Brooke hablo en serio. —bramó.

—No lo evado, tampoco le estoy restando importancia, es solo que recordar los detalles de anoche no es para nada agradable. No creo que esto esté bien.

Aclaramos ese aspecto, donde no es que le quite importancia a lo sucedido, es que no es un buen recuerdo que quiera traer al presente. Josh cambia de tema.

—Veo que por fin te bañaste y lo hiciste temprano —me da créditos.

—Siempre me baño, ya deja de molestarme con eso. —Ruedo los ojos.

—Pues que yo recuerde, no te bañabas porque hacía frío.

—No mientas, si continúas afirmándolo, hasta yo empezaré a creerlo.

—Está bien —Levanta las manos en son de paz —. Mis padres nos esperan, vamos a desayunar.

—Me urge algo de comida. —Señalo mi estómago.

Al bajar las escaleras un exquisito olor inunda mis fosas nasales. Marie cocina maravillas.

En el comedor hay panqueques con huevos, distintos tipos de salchichas, variedad de frutas y algunas bebidas.

El desayuno perfecto.

En la mesa se encuentra la madre de Josh.

Dirijo mi vista a la señora de cabello castaño y ojos verdosos que se encuentra sirviendo el café a su esposo que aún no se encuentra en la mesa.

Almas Rotas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora