Capítulo 27.

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Brooke

Salgo del lugar y tomo en mis manos la bolsa de papel donde se encuentra todo lo que pedí. Empujo la puerta de vidrio que tiene un letrero el cual dice expresamente «Halar» Siempre tengo problemas con estos letreros, termino haciendo lo contrario a lo que dicen los carteles.

El contraste entre la calidez del local y el ambiente de las calles es monumental, aseguro el cierre de mi abrigo y camino algunas calles más hasta toparme con un rostro conocido.

—Oh, mira lo que trajo el viento. Al parecer Londres no es tan grande como parece.

—Si también me da gusto verte —mascullé irónicamente

Por su parte la chica me da una sonrisa falsa.

—No he dejado pasar que muchas veces me buscas con la mirada entre clases y no lo he podido dejar pasar, sucede algo contigo ¿Te encuentras bien? —suelto sin más.

Pasa seguido y a decir verdad me intriga el por qué lo hace, pero nunca me dice nada.

La sonrisa de Melanie se esfuma cuando pronuncio esas últimas palabras y si creo que algo le haya sucedido para cambiar su semblante tan rápidamente, pero cuando creí que mencionaría lo que ocurría solo soltó algo hiriente, ocultar con comentarios dañinos y desviar la atención de los demás de lo que realmente le sucede es típico de ella.

—Qué te hace pensar que querría hablar esto contigo, además mírate, si algo me pasara crees que lo meditaría con alguien tan patética como tú, no contaría mis problemas a alguien el cual su vida es un completo desastre. Dime, querida, ¿Acaso crees que tu vida es un ejemplo para intervenir en la mía?

Es lo último que faltaba para que mi día fuera de mal a peor, solo intento ayudar a la gente. ¿Por qué me responde con dos piedras en la mano y me ofende?

—Solo intento ayudarte, quiero lo mejor para ti. Pero desde la vez pasada estás a la defensiva, te alejaste y nos tratas como mierda después de años de amistad. Las relaciones van y vienen, pero cuando él te deje botada siempre tendrás a tus amigos, si, los mismos que has ignorado.

Ignora mis palabras y desaparece de mi visión mezclándose con los demás transeúntes.

Mi garganta empieza a arder y mi nariz pica un poco, pueden ser síntomas de resfriado u otra cosa a causa del clima.

Me siento un poco mareada, detengo mi recorrido hasta poder cerciorarme que no es nada malo y estoy mejor. Espero un par de minutos a que el mareo cese, sin embargo, con el paso del tiempo todo parece empeorar; mi vista se va nublando poco a poco, hasta el punto en el que todo se torna completamente negro y dejo de ver las cosas a mi alrededor.

Minutos más tarde me encuentro con un par de personas rodeándome mientras me recupero de la extraña sensación a causa de un posible desmayo.

La chica que se encuentra cerca de mí, me recomienda no quedarme sola ya que lo más seguro es que se puede volver a repetir.

No hay que ser un genio para saber que esto podía pasarme. Pasé desapercibidas las señales que mi cuerpo me dio. Últimamente los asuntos de la universidad me tienen lo suficientemente ocupada y, por si fuera poco, lo que sucede con Nick solo me ha causado agobiarme, quitarme energía y hacer que me sienta mal conmigo misma.

Supongo que el desmayo se debió a tanto estrés y preocupaciones acumulándose en mi cuerpo, el colapso era inminente y todo esto en realidad me está abrumando.

Decido llamar a casa y me siento mientras recupero por completo el sentido. Para mi mala suerte la contestadora recibe la llamada que acabé de realizar.

Almas Rotas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora