capitulo 102

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Daniel: eso quiere decir que... ¿fuiste a verlo?

Regina: solo para regresarle ese regalo, le deje claro que no iba a permitir que se acercara a la niña.

Daniel: hiciste bien, pero debí ir yo, no tú para eso estoy yo, para defenderlas.

Regina: el objetivo de Arturo no es lastimarnos.

Daniel: ya sé que quiere que le des una oportunidad y como le has dado una negativa que mejor que hacerlo a través de la niña.

Regina: así es, pero no te preocupes que no voy a caer en su juego.

Daniel: Mañana mismo me encargaré de que ese tipo no vuelva a molestarlas.

Ariel: ¡definitivamente ni en mi propia casa puedo tener privacidad!

Alicia: creo que mejor me voy.

Lorenza: nada de eso, si a Ariel le molesta nuestra presencia que sea el quien se retire, si es que todavía guarda algo de su caballerosidad.

Ariel se levantó del escritorio, tomó el periódico y salió sin decir nada más.

Daniel y Regina esperaban afuera.

Regina: la noche es hermosa, ¿no crees? Tantas estrellas, la luna, estamos rodeados de una hermosa naturaleza.

Daniel: si, pero para mi lo más hermoso que han visto mis ojos  son tu y Miranda.

Regina no supo disimular una sonrisa ante aquella frase.

Sus miradas llenas de amor el uno por el otro no pudieron evitarse.

Daniel: ¿Hasta cuándo vamos a seguir separados?

Regina: No es nada fácil, entiéndeme.

Daniel: entonces ¿todavía desconfías de mí?

Regina: la verdad, sí.

Ambas expresiones cambiaron.

Daniel: dime, ¿Qué tengo que hacer para ganarme de nuevo tu confianza?

Regina: no lo sé, solo necesito tiempo para sanar mis heridas.

Daniel: está bien, respeto tu petición, solo respóndeme algo.

Regina: lo que quieras.

Daniel: ¿aun me amas?

Regina le sonrió.

Regina: más que a nada en este mundo.

Daniel la tomó de sus manos y las besó.

Lorenza los veía a través de la ventana del despacho.

Lorenza: Alicia, ven.

Alicia siguió las señas de Lorenza.

Alicia: ¿crees que se estén reconciliando?

Lorenza: si no es así al menos espero que sea el inicio.

Las dos mujeres se sonrieron.

Ariel continuaba muy enojado en su habitación, sin embargo, decidió ir a ver a su nieta, caminó hasta su habitación, abrió meticulosamente la puerta y la observo desde la puerta profundamente dormida, volvió a cerrarla sin hacer ningún ruido.

Regina: entonces ¿estás de acuerdo en recoger a Miranda del Kinder?

Daniel: claro, por mi encantado.

Regina: bien, en cuanto a sus terapias semanales, pienso que mi mama podría llevarla.

Daniel: me parece bien.

EL GIRO DE LA VENGANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora