EL GIRO DE LA VENGANZA

Capitulo 33

Regina: no vale la pena hablar de eso, hace parte de un pasado que ya está enterrado.

Daniel: ya no sientes nada por él?

Regina: lo que alguna vez sentí murió el día que desapareció para siempre.

Daniel: pero y Miranda?

Regina: ella que tiene que ver con esto?

Daniel: era su padre no?

Regina: no entiendo, a que viene el tema, por qué quieres que recuerde una época tan amarga de mi vida? No te das cuenta que me hace daño?

Daniel: lo siento, es que sólo quiero saber un poco más de las dos.

Regina: pero yo no quiero hablar de eso... es un poco tarde así que mejor vete.

Regina se acercó a la puerta, la abrió y espero a que Daniel saliera.

Daniel: perdóname! No quise hacerte sentir mal, solo quería...

Regina: por favor vete.

Daniel asintió, se acercó para darle un beso pero ella le volteo la mejilla.

Al cerrar la puerta Regina rompió en llanto, recordar el daño que le había hecho Arturo la había sacado de sus casillas.

Regina: ese miserable no va a alterar mi vida, si hay algo que agradezco es que Miranda no lleve su sangre.

Dijo limpiándose las lágrimas.

Caminó hasta la habitación de su hija, la observó dormir un instante, se acercó, le besó la frente, la arropo.

Regina: porque Daniel está tan interesado en la identidad de tu papá? Habré hecho mal en tratarlo así? .

Después de un par de horas, esperanza se despertó y fue a la cocina por un té, parecía tener insomnio, vio la luz de la habitación de Regina encendida, así que entró, allí estaba ella, mirando a través de la ventana, con su cuerpo presente en la habitación y su mente muy lejos.

Esperanza: mi niña? Que pasa? Por que no estás durmiendo?

Regina: no tengo sueño nana.

Esperanza: cuéntame que te pasa? Me di cuenta que Daniel se fue temprano, discutieron?

Regina: algo así.

Esperanza se sentó en la cama y le hizo señas para que hiciera lo mismo.

Esperanza: cuéntame.

Regina: no quiero perturbar tu sueño.

Esperanza: al igual que tú, no tengo sueño, así que hablaremos hasta que nos dé.

Regina: Daniel me preguntó por el papá de Miranda.

Esperanza: y que le dijiste?

Regina: lo traté muy mal nana, lo corrí groseramente, ahora me doy cuenta que hice mal, pero como iba a decirle que no sé quién es el padre de mi hija?, no quiero que se decepcione de mí, lo amo demasiado, no soportaría perderlo.

Esperanza: no pienses eso mi niña, y si te preguntó por el padre de Miranda es porque la quiere tanto como a ti, a lo mejor solo quería saber un poco más.

Regina: es probable, pero creí que el decirle que estaba muerto me ahorraría ese tipo de conversación.

Esperanza: porque no le dices lo que pasó?

Regina: no encontraría las palabras para explicarle que ignoro quien fue ese hombre.

Esperanza: es un hombre sensato, si le cuentas lo que ocurrió te va a entender.